Capítulo 17

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Dedicado a: KattariAros

Había despertado en una extraña habitación.
No era un hospital, de eso estaba segura.
La habitación era bastante masculina.

Sentí un dolor horrible en la espalda que me hizo retorcerme d...
Caí de la cama y empece a quejarme, gritar y dar vueltas en el suelo.

La puerta se abrió y pude ver a Tom aproximarse.

-¿Te caíste?

-No, estoy admirando el suelo con dolor.

-Pregunta estúpida... Lo se. -Dijo y me cargo en brazos y me coloco delicadamente en la cama.

-¿Donde estoy?

-En mi casa.

-¿E... Esta es tu habitación?

-Sip. -Contesto, mi estomago gruño y Tom río.
-Ven, vallamos a comer. -Tom volvió a cargarme entre sus brazos salimos de la habitación.
Me recostó lenta y delicadamente en el sofá sin apartar su vista de mis ojos en ningún momento.

Estaba bastante cerca podía sentir perfectamente su aroma y ahora estaba sobre mi, respiraba pesadamente y su mirada ahora se dirigía a mis labios.
Pero antes de que el lograra alcanzarlos agache el rostro impidiéndole que se acercara mas.
Parpadeaba repetidamente, mi corazón estaba acelerado y probablemente mi cara estaba roja... Mordí mi labio inferior nerviosa y Tom se retiró de encima mio.

-Lo siento... -Dijo apartándose. -Iré a preparar algo. -Finalizó, me limite a asentir con la cabeza e intentar acomodarme en el sofá con dolor...

Luego de un rato, se acerco con un plato y me hizo sostenerlo.
Luego abrió una especie de banco plegable y se convirtió en una mesa mas grande.
Entonces empece a analizar la casa.
Todo era de ese estilo.
Cosas plegables, que se volvían mas grandes, todo muy masculino y a diferencia de como creí qué seria la casa de un hombre, todo estaba en su lugar, muy arreglado.
A excepción de unos boxers que estaban tirados en el pasillo y trastes sucios...
Todo estaba pintado y decorado de un azul marino, amueblada a conjunto pero estos eran de una gran diversidad de madera rustica, era del tamaño perfecto para una sola persona, pero a la vez podía transformarse en un hogar familiar, era sencilla y a la vez completa, no le faltaba nada.
A excepción de verdaderos habitantes, se notaba que Tom no pasaba mucho tiempo aquí, la inhospitalidad irradiaba del lugar.

-Realmente no soy un buen cocinero, pero hice lo que pude. -Dijo tomando de regreso el plató y colocando lo en la mesa plegable.

-No hay problema, se ve delicioso. -Dije tomando la primera cucharada.
-¿Tu no comerás?

-Ya lo hice hace un rato.

-¡Tom no tiene hambre! ¡ESTO ES UN MILAGRO, SEÑORES!

-Estaba preocupado por ti ¡Ademas! La hora de comer ya paso. Estuviste un buen rato inconsciente, incluso hablabas de que eras El teletubbie dorado. -Dijo riendo.

-Que vergüenza... -Dije tapando mi rostro con la manga del pijama que tenía puesto.
-Espera. -Pensé... y dije en voz alta.
-¿Cuando me cambie de ropa..? ¿Acaso tu...? -Insinué angustiada, tenia una pijama de dos piezas larga con el logo de Batman en rosa. Definitivamente, esto no es algo que yo usaría.

-¡No! No es lo que crees. Estabas un poco inconsciente, pero lograste cambiarte tu sola. Me gritabas que eras una mujer independiente. Por cierto, tu móvil estaba allí no dejaba de sonar por lo que lo apague.

-Era papa ¿Cierto? No importa... Esta muy rica la sopa. -Dije cambiando el tema.
-Yo... Lamento irrumpir en tu casa...

-No importa. Estoy feliz de qué estés aquí. Pero... ¿Que fue lo que paso? -Puse el plato a un poco y me acomode un poco.

Charlie, Charlie...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora