Capítulo 25

9.7K 1K 271
                                        

Mi corazón se acelero a mil al verle, empecé a correr en su dirección, por alguna razón sentía el camino mas largo de lo que en realidad era y antes de llegar al el una mujer se interpuso en mi camino.

Era de estatura media y gorda y venía acompañada de otras dos que me impedían rodearlas, al estar frente a mi se detuvo y yo hice lo mismo...

-¿Tu eres la que llaman viuda negra? -Preguntó.

-Si sabes ¿Para que preguntas? -Respondí altanera como siempre e intentando mirar mas allá de ella para visualizar a Tom.

-Vaya... En verdad eres como dicen... Toda una araña. -Decidí ignorarle y seguir mi camino, pero al pasar de lado ya no estaba Tom allí. Una de las mujeres tomo mi brazo y me devolvió a mi lugar anterior.

-¡¿Que es lo que quieres?!

-¡¿A donde crees que vas?! ¡Estoy hablando contigo!

-¡Sueltame! -Gruñi soltando me de su agarre.
-Yo no tengo nada que hablar.

-¡¿Como te atreves a hablarme así?! ¡¿Acaso no sabes quien soy yo?!

-No. Y no. me. importa.

-Podrás haber matado al doctorcito y atemorizar a las demás, pero a mi no me das miedo.

-¿Y crees que tu a mi si? -Respondí con una risa burlona.

-Quería que fueras mi aliada, pero veo que no se va a poder -Dijo mirándome fijamente, silencio un momento y volvió a hablar.
-Nos veremos pronto arañita...

-Como si pudiéramos dejar de hacerlo e irnos. -Ironice y luego ellas se fueron.
Rodé los ojos frustrada, estaba segura de haber visto a Tom.

Ya había perdido la cuenta del tiempo que llevaba aquí.
Después de cada episodio mis memorias eran cada vez mas borrosas, ya no recordaba por que estaba aquí y eso no me ayudaba mucho en las secciones.

[...]

La rutina había empezado como cada día pero algo era nuevo ahora. Tenía una nueva compañera. Su nombre: Matilda.
Era una chica de entre unos veintitantos años, su cabello era castaño corto hasta los hombros, su pálida piel era obstruida por grandes rasguños distribuidos por todo su cuerpo.
Hablaba todo el tiempo sobre gatos, maullaba y se arañaba y si intentabas acercarte mientras tenia un episodio también resultarías arañado, pero medicada era completamente normal, seguía hablando de un gatos pero era normal, o algo así.

En medio del almuerzo Matilda había vuelto a tener un episodio, era el segundo del día.
La guardia actuó rápidamente y la retuvo, segundos después la enfermera llegó e inyecto dejándola completamente mansa.
Luego de un rato volvió en sí y empezó a disculparse; a diferencia de mi ella recordaba todo lo sucedido durante sus episodios, yo después de uno caía inconsciente y al despertar era como si nada hubiera pasado, o al menos eso decían.

-Lo siento, en verdad no puedo controlar me. -Dijo Matilda dirigiéndome la palabra por primera vez.

-No importa. -Respondí. Termine de obligar me a comer la asquerosa comida y luego me retire a la sala.
Me senté frente a la ventana que daba con el pateó observando el árbol; unos segundos después me percate que Matilda estaba a mi lado.

-Siempre estas mirando ese árbol. -Dijo de repente.

-Si... Eso creo. -Respondí sin mucho animo. Ella parecía curiosa y esperando mas que eso como respuesta por lo qué decidí cambiar de tema.
-¿Por que estas aquí? Mientras estas medicada eres bastante lúcida.

-Los medicamentos son algo temporal, después de un tiempo dejaran de hacer efecto y al estar consciente durante los episodios los consideran a propósito.
No saldré de aquí nunca. -Dijo de lo mas tranquila.
-Lo único que me preocupa es mi pobre gatito.

Charlie, Charlie...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora