1.9 Enfermedad

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Aemond se mueve en su cama por enésima vez durante la noche, se siente abochornado pese a la brisa húmeda de Rocadragón, hay un calambre que hace que su abdomen bajo se tense, se acurruca más cerca de sus hijos quienes están durmiendo en la misma cama, ellos permanecen imperturbables en su sueño y Aemond decide que es mejor levantarse antes de que por sus movimientos sus hijos despierten.

Se da cuenta de lo que esta pasando cuando hace una cuenta rápida en su cabeza, siempre fue muy puntual con sus ciclos de calor por lo cual no se preocupo cuando la fecha del parto de Aegon estaba llegando, faltaban dos semanas para la fecha que el maestre tenía programada. En las ultimas lunas ha estado bebiendo tés recomendados por los maestres, estos con la finalidad de que su vientre fértil se preparara para volver a engendrar un hijo. Los brebajes del maestre posiblemente eran los responsables de su cambio de ciclo.

Llama a una de las criadas para pedir que le traigan agua caliente para aliviar sus calambres y se recuesta en la silla para esperar a que regrese la muchacha beta que acudió a su llamado.

— Su majestad — dice la criada a paso apurado, ella coloca el cuenco de agua sobre la mesa frente a él y se inclina rápidamente antes de proseguir. — Su majestad el príncipe Aegon ha empezado su alumbramiento.

Aemond ladea el rostro y su mirada se enfoca en la mujer, su mano se contrae sobre la mesa y arrastra la silla cuando se pone de pie.

— ¿Por qué no fui alertado antes de la condición de mi hermano? — cuestiona con la ceja enarcada, molesto por no haber sido alertado con anterioridad.

— No sé, su majestad me entere de esto en las cocinas — se apresura a explicar la chica nerviosa, Aemond hace un gesto con la mano para tranquilizar a la criada, sabe que ella no tendrá mucha información que ofrecer.

Aemond se lleva una mano al vientre y presiona una mano justo cuando un calambre lo hace querer doblarse por el dolor, pero se mantiene erguido.

— Permanece aquí hasta mi regreso, cuida a mis hijos — le dice a la chica quien asiente rápidamente para después bajar la cabeza sumisamente.

Sale de los aposentos en los que durmió los últimos tres días y recorre la distancia que ya ha memorizado, Aegon ha tenido nuevamente un embarazo difícil y ha estado postrado en cama las ultimas semanas, Aemond lo acompañaba desde su llegada al castillo de Rocadragón donde Jacaerys y Aegon residen.

Al llegar ve que las enfermeras están movilizándose, el maestre personal de Aegon también está cerca, puesto sobre sus rodillas supervisando la dilatación de su hermano. Su madre la reina viuda Alicent está sosteniendo la mano pálida de Aegon.

— Aun hay que esperar un tiempo antes de pujar, su majestad — recomienda el maestre con voz tranquila, su mano se apoya pesadamente en el vientre de Aegon y lo presiona. Su hermano se queja de esto.

Aemond camina dentro del salón de parto y su mirada se desvía hacia Aegon, el bebé aun no da señales de aparecer ni Aegon esta dilatado completamente como para que los bebés puedan empezar a bajar.

— Madre — dice reconociendo la presencia de su madre, la reina viuda corresponde su gesto con un asentimiento de cabeza, pero luce angustiada cuando Aegon vuelve a gemir adolorido. — ¿Desde hace cuánto empezó el alumbramiento? — pregunta, pasa una mano por la frente de Aegon limpiando el sudor que empieza a deslizarse por su vientre.

— Quizás poco una hora — señala Alicent con un encogimiento de hombros, sus manos están sosteniendo las de Aegon y resistiendo el fuerte agarre de su hermano. Aemond no cuestiona el porque no fue alertado desde antes, solo se dedica a permanecer a un lado de su hermano limpiando su frente y animándolo, aunque en su experiencia sabe que sus palabras son poco útiles.

Omega Inadecuado (Lucemond)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora