Aemond es incapaz de alejar la mirada de Rhaenyra, se paraliza por completo ante la mirada de la reina quien ha puesto en evidencia que conoce el secreto que ha estado guardando por tantos años, las personas hablaban de la legitimidad de los herederos de su esposo, pero nunca apuntaban correctamente a quien realmente engendro a sus hijos.
Hay un leve pinchazo en su espalda baja y su vientre de endurece, parpadea rápidamente y Rhaenyra está al siguiente momento a su lado ayudándolo a sentarse sobre la silla vacía, el material acolchonado no hace nada para aliviar su malestar, la leve punzada aun sigue molestando sobre su vientre.
— Llamare a un maestre— escucha decir a Rhaenyra quien hace una señal a una de las damas que esta a la distancia. Aemond se apresura a negar ante la mirada de preocupación de su hermana.
— Solo quiero un poco de agua— pide, espera que el agua sirva para deshacerse del nudo que se formó en su garganta. Rhaenyra hace una seña para que la dama se aleje por donde vino y es ella quien le sirve un vaso de agua y lo coloca en sus manos, Aemond se percata que sus manos están temblando cuando sostiene el vaso y bebe el liquido que no ayuda para nada a que el nudo deje de obstruir su garganta.
La mano de Rhaenyra está sobre su hombro dándole un leve apretón como si esperara que su gesto fuera reconfortante, Aemond no puede rechazar a la reina de otra manera se encaminaría a un lugar en el que pudiera llorar con libertad, no puede hacerlo delante de Rhaenyra.
— Es mejor que vayas a tu habitación a descansar, enviare mas tarde a uno de los maestres para que se asegure de que te encuentres bien— explica la reina enderezándose y apartando su mano de su hombro, ella parece realmente preocupada cuando sus ojos se desvían hacia el patio de entrenamiento en donde Lucerys los esta mirando de la misma manera, como si pudiera presentir que algo no está bien.
Aemond tiene dos opciones en este momento, la principal sería el negar todo lo que ha dicho Rhaenyra y mostrarse profundamente ofendido por la acusación y reafirmar nuevamente que la sangre de los leones es la que corre por las venas de sus hijos, que la única sangre de dragón que hay en ellos es la que Aemond les ha dado, sin embargo, la sensación de llorar no lo ha abandonado y el nudo en su garganta tampoco.
Si alguien pudiera entender su situación esa persona era Rhaenyra, quien también se vio orillada a tener hijos para cumplir con su deber. Aemond nunca hubiera contado con el apoyo de su padre si es que él todavía estuviera vivo, tal vez podría contar con el de Rhaenyra quien era la reina, quien era la madre de Lucerys, sus hijos llevaban su sangre y esperaba apelar a esto para que el corazón de la reina se sensibilizara y se posicionara en su favor, en el favor de sus hijos.
— No— interrumpe apartando su mirada de Lucerys, y volviéndose hacia la reina quien ha vuelto a sentarse en su silla. La reina enarca una ceja y ladea el rostro aparentemente confundida por su respuesta. — Me encuentro bien, solo fue un mareo por la impresión.
— ¿No esperabas que lo descubriera? — indaga la reina recostándose sobre su silla, sus manos van hacia cada antebrazo de su silla. Demasiado cómoda en comparación con Aemond quien esta tan erguido en su posición y se niega siquiera a parpadear. — ¿o es que me he equivocado con las deducciones a las que he llegado?
Aemond suspira y niega.
— Su majestad se ha equivocado— afirma desviando la mirada hacia Lucerys quien esta junto a sus hermanos, sus miradas se encuentran por un segundo y el gesto es tan pequeño que Aemond apenas puede notarlo, pero asiente lentamente asegurando que todo está bien antes de volverse hacia la reina.
— ¿Lo he hecho? — cuestiona Rhaenyra inclinándose cerca. — Llámame por mi nombre, hermano. Considero que la situación lo amerita, no me hables como tu reina háblame como tu hermana.
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Omega Inadecuado (Lucemond)
FanficAemond ha intentado de todo con tal de cumplir su deber como Omega, dar un heredero. Pero nada parece funcionar y ha perdido el interés de su esposo, quien lo mira totalmente decepcionado cada luna que pasa y que no ha engendrado un hijo. Lucerys sa...