Omega Inadecuado (Lucemond)

2. El león y el dragón

Levanta la mirada hacia la joven doncella que le ha informado sobre la muerte de su esposo, los ojos llorosos de la chica la miran atentos esperando una respuesta de su parte, nada sale de la boca de Aemond, pero puede sentir las lágrimas también picar en el borde de su ojo, las emociones se amontonan en su pecho con fuerza y traga saliva en un intento por deshacerse del nudo que se ha formado en su garganta, siente una solitaria lagrima deslizarse de su ojo y arrastrándose por su mejilla.

Una lagrima llena de alivio que lo hace sostener una mano sobre su pecho justo donde puede sentir el latido de su corazón que está funcionando con rapidez golpeando como un martillo contra su pecho lleno de una emoción que no puede expresar abiertamente considera que ahora ni nunca.

Han pasado tantos años desde que su madre le dijo que Tion Lannister moriría pronto que no debía preocuparse por el alfa, Aemond termino creyendo que él moriría primero que el alfa, quizás de no ser por el veneno de Lucerys aquella seria su realidad. Sin embargo, funciono y Tion ahora estaba muerto.

Aemond lleva ambas manos a su rostro y se cubre, apartándose por un momento de su realidad, sumido nada mas que en pensamientos y recuerdos que lo hacen querer vomitar, recuerdos que deliberadamente decide descartar porque Tion siempre fue un mal alfa con él, pero fue un buen padre para sus hijos y nada importaba mas que eso, tenia una deuda muy grande con el alfa después de que el sugiriera que sabia que era bueno para las mentiras, se pregunto si es que solo era palabras delirantes del alfa o si en realidad siempre supo que sus hijos no eran suyos y de todas manera los protegió reconociendo a Tyan como si heredero.

No tenia mas que hacer una oración en voz baja para el alfa y desear que encontrara un descanso en el lugar en el que estaría eternamente, posiblemente el mismo al que iría Aemond después de su muerte.

— Mi príncipe— dice Ludwin con voz calmada, Aemond levanta la vista apartando las manos de su ostro y su mirada recae sobre el joven omega, él se acerca a su lado como si temiera su reacción. Aemond entonces se da cuenta que la doncella que le ha avisado sobre la muerte de su esposo ya no está delante de él. — ¿Necesita que traiga algo para usted? — pregunta Ludwin con preocupación en su voz.

Aparta las delgadas sabanas que lo estaban cubriendo y se levanta de la cama, se apresura a envolverse en la bata que Ludwin coloco sobre su cama y acomoda su cabello sobre su hombro.

— Llama a Saehla— ordena a Ludwin, el joven omega asiente y se aleja por la puerta que conduce hacia las habitaciones continuas de sus hijos. Aemond se acerca hacia la cuna de Tymond y observa con una sonrisa a su pequeño que permanece dormido, tan ajeno a todo lo que está sucediendo, desearía que Aerys y Tyan fueran igual de ignorantes de la situación.

Cuanto su padre murió Aemond no sintió una diferencia muy grande, su esposo había estado asustado de informárselo ya que se encontraba en espera de Tyan y pensó que la noticia le provocaría un malestar, así que no le aviso hasta un día después de cuando recibió el cuervo de Desembarco informando de la muerte del rey Viserys, Aemond no dijo nada solo permaneció en silencio y froto una mano sobre su vientre hinchado, sabía que debía tener una reacción pero lo único que dijo fue que tenían que ir hacia Desembarco con su madre. El rey Viserys nunca fue un buen padre para él, por eso su muerte no significo nada mas que lo mismo que significo para el reino, la llegada de una nueva reina.

Sin embargo, Tion había amado a los tres hijos que le dio, incluso a Tymond con quien solo paso los últimos meses de su vida, sus hijos le devolvían el afecto al alfa y lo amaban como un hijo ama a un padre que siempre ha permanecido atento con ellos y no tiene miedo de demostrar su afecto y el orgullo que siente de poder tenerlos. Así que sabe que será difícil para sus hijos enfrentarse con la noticia de que su padre ha muerto.