1.18 Harrenhal

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Aemond emboza una amplia sonrisa cuando ve a su hermana acercarse a su lado, es inevitable para él mirar en dirección del vientre que aún no destaca, hace una luna su hermana le escribió emocionada para informarle que está en espera de su primer hijo junto a Cregan, su hermana ya había sufrido la pérdida de un hijo durante su primer matrimonio y la perdida de embarazos en su matrimonio con Cregan por lo que todos se alegraron al recibir la noticia de que esta vez el nuevo bebé ya había sobrevivido lo suficiente como para que los maestres autorizaran que Helaena pudiera viajar hacia las tierras de los ríos.

Abre sus brazos para recibir a su hermana, pero Helaena lo ignora y sus brazos van directo hacia Saehla quien está sosteniendo a Tymond que solo se remueve por el brusco cambio de brazos, pero permanece durmiendo con los labios ligeramente apretados en un puchero. Cregan Stark ríe. Aemond se sorprende de ver al hombre reír, es más joven que él, pero ciertamente por su semblante luce como si fuera mucho mayor.

— Lord Cregan— saluda al hombre con un leve asentimiento de cabeza.

Lord Cregan hace lo mismo.

— Príncipe Aemond, es un placer verlo me alegro que su hijo naciera con bien. Espero haya recibido el regalo que mi princesa preparo con antelación.

Aemond asiente con amabilidad.

Su hermana envió un presente por el nacimiento de Tymond, ropa bordada principalmente por ella y una manta de hilos dorados que rodeaban un huevo de dragón de Dreamfyre, su hermana estaba segura que el huevo de Tymond si eclosionaría como lo hizo el de Tyan.

— Tymond es tan adorable, debe de tener un padre muy orgulloso— comenta Helaena, sus manos acarician una de las mejillas pálidas de Tymond y le da un leve apretón, su hijo a penas se mueve ante el pellizco.

Aemond sonríe.

Ciertamente Lucerys se ha mantenido tan cerca como puede sin levantar sospechas, la mayoría de las noches estuvo durmiendo junto a ellos, siempre con sus brazos colocados alrededor de la cintura de Aemond temeroso de rodar y aplastar a Tymond, le aseguro que esto no pasaba que la mente funcionaba de una manera curiosa e inconscientemente sabía que su hijo estaba ahí por lo que no se movía durante el sueño. La última noche antes de que Lucerys tuviera que marcharse de nuevo a Driftmark no pudieron dormir juntos ya que Aerys enfermo y Aemond paso la noche junto a él.

De eso ha pasado poco más de dos lunas.

Pero Lucerys no es el padre de sus hijos, por lo menos no al que su hermana se refiere por lo que vuelve asentir.

— Mi esposo aun no lo conoce, se encuentra imposibilitado para viajar — explica con aparente tristeza, que su esposo no pudiera acudir fue una buena noticia ya que desea que Aemond regrese a casa para conocer a su ultimo hijo. — Pero después de que las celebraciones de la boda terminen volveré a casa.

Aemond acompaña a su hermana y a Cregan a los aposentos que estarán compartiendo durante su estadía, las sirvientas guían al sequito del norte que se queda atrás, su esposo tuvo razón en señalar que el castillo de Harrenhal serviría para albergar a todos los lores que acudirían a la boda, hasta ahora han recibido a los grandes señores de Desembarco, incluso la reina Rhaenyra ha llegado en compañía del consorte Daemon junto a un gran sequito de sus sirvientes que son de gran ayuda para los de Harrenhal que no se dan abasto con tantas personas en el lugar. Aegon, Jacaerys junto a su familia se estima que lleguen al día siguiente como el resto de los lores que aún no llegan entre ellos los Velaryon.

Está ansioso por ver a Lucerys después de un tiempo, la última vez que se vieron fue cuando Tymond tenía pocos días de vida y ahora estaba más cercano a cumplir tres lunas de vida. Las cartas esta vez han sido menos frecuentes, cada uno más ocupado en sus asuntos como para mantener constante comunicación, Aemond no se preocupa por esto porque por primera vez recibió un aviso de Lucerys en lugar de solo dejarlo con la incógnita sobre lo que paso, la presencia de los leones que ya estaban en el castillo también eran un impedimento y Tytus y sus allegados estaban más al pendiente de él. Sobre todo, cuando conocieron a Tymond, nadie se atrevió a hacer mención de lo evidente, pero Tytus evaluó a su hijo con ojo crítico, Aemond tuvo que recordarle sutilmente lo que paso la última vez que sus hijos fueron señalados.

Omega Inadecuado (Lucemond)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora