Harry había sentido la molestia de su amigo. Qué demonios, el interior del auto estaba bañado en una mezcla irritante de su propia tristeza y el enojo de Zayn. Ninguno se molestó en comentar nada al respecto. Quizás porque ambos sabían que cada quien tenía demasiadas cosas qué sentir por su lado, entonces era mejor dejarlo así.
No quería pelearse con él. Pero necesitaba sentir lo que sentía. Necesitaba estar triste un rato, y no le importaba si Zayn no podía entenderlo. No, eso era una mentira enorme. Sí le importaba. Dios, por supuesto que le importaba que su mejor amigo le entendiera para poder acompañarlo, para no juzgarlo.
Pero no podía culparlo.
Primero había tenido que consolarlo de Valentino hacía tampoco mucho tiempo, ¿y ahora de Louis? Claro que desde afuera nadie podía tomárselo en serio. Claro que quedaba como un omega que se ilusiona rápido. Un omega torpe, sensible, manipulable. Pero nadie más que él sabía lo que había pasado entre Louis y él. Y nadie debía de decirle cómo debía sentirse.
Si él quería sentirse como la mierda, pues lo haría. Y no esperaba que su mejor amigo le reclamara algo por sentirse así. Para su fortuna, no sucedió.
El silencio entre ellos se mantuvo mientras el auto seguía su curso. Habían tomado una autopista que bordeaba la costa. No tenía idea de adónde se dirigían, pero la vista era magnífica.
Se quedó dormido en algún punto, después de pasarse un buen rato pensando en Louis. En lo que le costó despedirse, dejarlo allí. Se le estrujaba el corazón cada vez que lo recordaba. Cada vez que veía que Louis no estaba con él. Cada vez que no lo sentía, no lo olía, no lo tenía. Le mataba la idea de no tenerlo.
Harry esperaba que el dolor se le pasara. Y si bien sabía que el dolor no desaparecería, al menos esperaba que se hiciera un poco más soportable, porque tenía que ser fuerte; aún tenía todo un futuro de mierda al cual enfrentarse. Tenía que recuperar sus fuerzas, y esperaba hacerlo. Tenía tiempo. Podía recuperarse. Dormir.
Ya había anochecido para cuando el auto se detuvo frente a un hotel. Harry no tenía idea de en dónde estaban, tampoco quiso preguntar. Habían pasado alrededor de seis horas de viaje, y le incomodaba saber que el ambiente entre ellos aún continuaba tenso. No se habían hablado más que para intercambiar dos o tres palabras secas y eso era todo.
Harry suspiró mientras bajaba del auto; no tenía las energías suficientes como para arreglar las cosas ahora. Estaba triste y cansado. Su cuerpo apenas le respondía para caminar y solo quería tirarse sobre el césped, mirar las estrellas y respirar, pensar en Louis, imaginarse que estaba con Louis. Respirar.
—Harry —Él volteo hacia el llamado. Zayn acababa de dejar un bolso en el suelo tras haber ido al maletero. Ahora lo miraba. Los hombros de este se aflojaron mientras echaba su mirada al piso. Le escuchó respirar hondo y luego volvió a mirarlo—. Escucha, lo siento. No quiero arruinar esto. Y sé... sé que he estado algo... raro. No quiero estar así contigo. Mierda, ahora solo nos tenemos el uno al otro y, dios, no quiero ser una persona de mierda. No contigo. Y sé que estás triste... Yo solo... quiero que sepas que estoy aquí contigo, que me tienes para lo que necesites. Y si estás mal, si quieres llorar, dios, aquí me tienes, aquí estoy para ti. No quiero jamás que sientas que no es así. Perdóname.
La expresión de Harry se había contraído, porque sí, él quería llorar. Quería llorar un montón. Y era eso lo que necesitaba. Necesitaba a su amigo. Harry lo abrazó con fuerza al tiempo en el que se deshacía en lágrimas. Zayn lo sostuvo contra su cuerpo, conteniéndolo, abrazándolo, liberándolo.
Harry sorbió mocos antes de decir:
—Menos mal que has dicho todo esto porque estaba a nada de golpearte.
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cherry wine ❧ larry
Fanfiction1990. Pasaron dos años desde que la guerra entre las dos familias más poderosas de la mafia siciliana instaladas en Nueva York comenzó. La paranoia abunda entre los Berlingieri, quienes temen ser traicionados por sus mayores aliados: los famosísimos...