Harry no tenía idea de qué artista era el que escuchaban ahora. Sabía que era una mujer la que cantaba, y le gustaba como sonaba: era música animada, música divertida. Música que no tenía nada que ver a lo que Zayn escuchaba, ni tampoco a lo que Louis le había mostrado en una oportunidad. Era música que te no te daba más opción que ponerte de buen humor.
Fue Louis el que decidió llevar el reproductor de música a la terraza, y fue de las mejores decisiones que pudo tomar porque ahí estaba él, disfrutándolo de una manera en la que casi podía sentirse en casa. Pero no en la casa de su actualidad, sino en la casa en la que aún estaba su madre. La casa que albergaba música entre sus paredes. En la que aún podía sentirse el olor a galletas recién horneadas, esas que acababa de preparar con su mamá. Esa casa en la que el sol entraba por las ventanas en los atardeceres porque las cortinas no estaban cerradas. Esa casa en la que, cuando la nieve caía y afuera hacía frío, la chimenea se encendía y junto con su mamá alistaban la casa para recibir la Navidad. Aún podía acordarse de aquella música que a ella le gustaba.
Harry suspiró con una sonrisa que expresaba un sentimiento que no supo descifrar. Estaba feliz, triste, agradecido. Agradecido por haberla tenido, por haberle dejado aquellos recuerdos que eran la muestra de que no todo en su vida había sido horrible. Hubo luz por un instante. No siempre estuvo oscuro, y ahora esa luz aparecía de nuevo.
Harry miró a Louis y sonrió, porque ahora era él quien le traía de regreso la luz que había perdido. Su bendita luz.
—Bueno, ahora sí. No te vas a salvar de tener esta conversación —Louis apoyó una taza de café enfrente suyo.
Estaban en la cocina ahora, sentados en torno a la isla. Ya habían terminado de decorar la terraza: habían colgado las luces y acomodado las velas que venían dentro de recipientes de cristales para que no se apagaran con el viento. Louis también había llevado una mesita de esas pequeñas que, al parecer, resultó ser bastante liviana de transportar. También llevaron mantas y almohadones, que Harry esperaba que no hubiese ningún problema en utilizar.
Harry le di un sorbo a su café y miró a Louis, quien estaba sentado del lado de enfrente. Sonrió un poco y respiró con una calma resignada. No tenía idea de lo que saldría de la situación, pero no estaba inquieto con ello. Tenía la sensación de que no había razón por la cual preocuparse, aunque no le gustara poner en la mesa aquel tema de conversación.
—Bueno, solo estoy aceptando esto porque me sigue dando intriga el que te hayas tomado con tanta naturalidad lo que te dije. De hecho —Harry sacudió la cabeza en un gesto de diversión—, no descarto la idea de que me acorrales por sorpresa en cualquier momento y me ataques.
Louis se rio tras beber un sorbo de su taza.
—Créeme que si te acorralo sería para otra cosa totalmente diferente, e igual te pediría permiso.
Harry soltó una carcajada mientras su cara se enrojecía.
—Bueno... supongo que... no me opondría.
—Es bueno saberlo —Louis sonrió—. Bueno, hablando en serio. Sé que me he tomado el tema con bastante naturalidad, pero es como te he dicho, ya sé cómo es esto. He visto un montón de cosas ocurriendo en el seno de mi familia como para que algo así me sorprenda. No quiere decir que lo apoye, y yo... Bueno, no soy tan así, por algo me alejé de todo eso y formé mi propia carrera. Y... a pesar de eso, hablando al menos de mis familiares más cercanos, no creo que sean malas personas por formar parte de eso, pero tampoco pienso que sean del todo buenos porque siguen eligiendo eso, ¿me explico? Por eso digo que para mí no hay personas buenas o personas malas, solo personas que eligen sus acciones. El tema está en con qué intenciones eligen hacerlas. Ahí siento que se encuentra la verdadera maldad. Y yo no veo que dentro tuyo haya maldad, Harry, por eso digo que no siento que seas alguien malo a pesar de lo que me dijiste. Pero me gustaría escucharte, me gustaría conocerte, incluso hasta en esa parte. Obvio que solamente si me lo permites, no te voy a obligar a que me digas nada que no quieras.
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cherry wine ❧ larry
Fanfic1990. Pasaron dos años desde que la guerra entre las dos familias más poderosas de la mafia siciliana instaladas en Nueva York comenzó. La paranoia abunda entre los Berlingieri, quienes temen ser traicionados por sus mayores aliados: los famosísimos...