Capítulo 31

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Se estaban acercando a una montaña de tierra y arbustos cuando divisaron a Yuno acercándose desde el costado derecho. Al verlos, el amigo de Asta se detuvo un momento para esperar a que llegasen junto a él.

—Hola —los saludó el chico pelinegro, que iba acompañado de Bell, la hadita que no dejaba que se le acercasen demasiado.

—Hola Yuno, ¿qué tal todo? Supe que ahora eres vicecapitán de Amanecer Dorado. Felicidades —le sonrió amablemente Aurora.

Yuno se encogió de hombros como si no fuera la gran cosa. A su lado, Bell cruzó sus pequeños brazos y alzó la barbilla orgullosa de tal noticia.

—Langris se fue, así que mientras tanto asumiré su rol.

Algo que había llamado siempre la atención de Aurora, era la diferencia de personalidades entre Asta y Yuno. Mientras que Asta era todo enérgico, ahí donde veías a Yuno estaba siempre con una seriedad impenetrable en su rostro.

—Supongo que la muerte de Finral también contribuyó a que se fuera —comentó Aurora con un deje de tristeza.

—Supongo —le dijo Yuno.

Luego de ese corto intercambio de palabras, entraron todos detrás de Yuno, quien abrió su grimorio murmurando unas palabras para que una plataforma moderna apareciera y los llevase hasta el centro de la base secreta de Amanecer Dorado.

Como si fuera un ascensor, la plataforma comenzó a andar en línea recta y luego a girar de izquierda a derecha.

—¿Saben algo de Asta? —preguntó Yuno a nadie en particular, quien se hallaba de espaldas verificando que el viaje se realizara sin incovenientes.

Aurora le hizo una señal a sus amigos con la cabeza para que respondieran, puesto que las vueltas la habían mareado un poco. Hizo un signo de negación con la mano cuando Gauche se acercó para intentar ayudarla.

—Nuestros amigos lo están buscando, Asta está vivo —respondió Grey.

Hubo unos minutos de silencio. Finalmente, Aurora se recompuso.

—Eso es muy propio de Asta —dijo Yuno. A Aurora le pareció ver que una de las comisuras de sus labios se levantaba.

La plataforma se detuvo, llegando hasta una inmensa sala abierta donde había caballeros mágicos caminando de allá para acá, conversando con seriedad y otros riendo. Lejos de la zona, en otra sala de acceso abierto algunos luchaban entre ellos y escuchaba de vez en cuando el sonido de las hojas de las espadas chocar una contra la otra.

—Esto es enorme —comentó Aurora. Era la primera vez que iba a esa base.

—Debo buscar a Mimosa y Klaus. Nos vemos más tarde —se despidió Yuno.

Aurora se giró hacia sus amigos.

—Busquemos al capitán.

Ellos asintieron.

Al igual que ella, no dejaban de observar todo lo que había a su alrededor. No tan solo había caballeros mágicos de Amanecer Dorado, sino que también de otras órdenes, como las Águilas Plateadas, Orcas Moradas, Ciervo Aguamarino... se atrevería a decir que estaban todas a juzgar por el color de sus mantos.

Cronogravedad | Julius Novachrono [Black Clover]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora