Capítulo 17: La cacería.

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Sábado, 03 de Marzo de 2012.


Eran las once de la noche cuando en una de las carreteras poco concurridas, y que daban directo hacia las afueras de la ciudad. Una familia tuvó un brutal accidente cuando el alcohólico padre, que iba peleando con su mujer, perdió en control del volante, y el coche se volcó brutalmente en medio de la nada.

El auto se volcó en la solitaria carretera, dejando un rastro de destrucción y muerte a su paso.

Y entre lo que había quedado del coche; entre el humo, se encontraba un adolescente de quince años. Estaba insconciente, tumbado, y mirando con la visión borrosa, como sus padres estaban muertos. No sintió nada debido a todo lo malo que había pasado por ellos. Pero sus ojos se llenaron de lágrimas cuando el coche comenzó a encenderse, y lentamente las llamas rodearon al montón de metal aplastado.

Eddy, cerró sus ojos, aceptando su muerte debido a que tenía rota las piernas; sin embargo, cuando los abrió para despedirse del mundo, se encontró con una figura fantasmal a las afueras del coche.

Eddy, vio como una mujer altísima salió lentamente de entre los árboles. Caminando con un andar lento, misterioso, y fantasmal. Tenía un vestido rojo intenso, y su piel pálida parecía brillar bajo la luz de la luna.

Eddy pensó que se trataba de un ángel que vino a buscarlo..., o de la mismisima muerte.

Pero esa era Madame Fame. Que se acercó con una luz sobrenatural en sus ojos, y se inclinó hacia el destartalado coche que estaba ardiendo en llamas. Miró por la ventana al adolescente con sus piernas dobladas, y este le devolvió la mirada, débilmente.

—Chsss, no temas, pequeño. La muerte no puede ser el final. —susurró con sus labios rojos, observando al chico que no hacía más que permanecer inmóvil, mirándola con sus ojos lagrimosos.

—¿Eres la muerte...? —fue lo único que soltó el joven. Madame Fame lo miró con esos oscuros ojos de amor. Rompió el cristal de la ventana, y metió una de sus manos entre las llamas, diciendo:

—Soy tu salvadora, mí pequeño. —ronroneó, y con esa voz persuasiva, y dulce, continuó—: Pero quiero que sepas, que sí te salvo, tú me debes absoluta deboción.

El adolescente se quedó desconcertado. Su vista cada vez se hacía más borrosa, pero él se quedó sin palabras al ver como esa mujer de rojo, metió la mitad de su cuerpo por la ventana rota, sin importar que estuviera entre las llamas. Se estaba quemando entre ellas, y seguía viendose tan atractiva y misteriosa como una película de cine antigua.

—¿Qué eres...? —murmuró Eddy.

—Tu madre..., o al menos eso quiero ser. —dijo Madame Fame, con un sombrío tono dulce—. Quiero que seas parte de mi familia. Pero tendrás que rendirme deboción si te vuelvo uno de mis hijos. Me darás tu lealtad, y cuando te necesite, tú estarás para mí, ¿de acuerdo?

Eddy se quedó abrumado. Y solo vio como el fuego se expandió rápidamente. Pero esa mujer estaba como sí nada, entre las llamas, mirándolo. Entonces, el muchacho solo respondió con voz débil:

—Está bien. Déjame ser tu hijo.

Y luego de eso, el ser se movió a la velocidad de la luz, y sacó al adolescente del coche. En un parpadeo, estaban de regreso en la carretera, y Madame Fame se propuso en convertir a Eddy en vampiro.



***

La tienda de animales extraños de Madame FameDonde viven las historias. Descúbrelo ahora