Epílogo.

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Viernes, 11 de Diciembre de 1981.

Pasado.


Una noche, mientras vagaba por las enigmáticas calles de la ciudad de Las Vegas. Madame Fame, se fijó en un hombre elegante vestido de traje y sombrero, negros. Su porte distinguido y su extraña aura la atrajeron de inmediato. Porque el mortal, le recordó a su difunto amado llamado Tristán Devine.

Pero Madame Fame pensó, en devorarse esa noche a ese atractivo hombre de negro.

Lo sedujo como mejor sabía hacerlo. Y se lo llevó hacia la habitación del hotel cinco estrellas donde se quedaba. Así que, ahí estaba la mujer vampiro, desnuda sobre una enorme cama matrimonial, haciéndole una mamada a un hombre desconocido. El hombre, se estremeció, desnudo, gimiendo, y agarrando por los pelos a la mujer, follando su boca con intensidad. Estaban a punto de tener sexo, y llegaron a eso cuando Katerina dejó de hacerle sexo oral, y se subió a su regazo, cual serpiente.

Se movió como una criatura sexual, sobre el cuerpo desnudo de aquel hombre. La mujer restregó sus enormes nalgas entre la polla endurecida del mortal, y con ese lado dominante que ahora tenía, acercó sus enormes pechos a la boca del sujeto. Este, le comió sus pechos, y Fame llenó la habitación de gemidos a la vez que se introducía aquel pene.

La criatura se comenzó a mover, dándole sentones al hombre entre gemidos que los dos ahogaban, besándose. La lujuria aumentó, y cuando estuvieron follando fuerte. Entonces, Katerina se apartó de su boca, y agarró al hombre del cuello, y fue en ese instante cuando sus ojos se inyectaron de sangre, y la criatura le cortó el cuello al mortal con una de sus afiladas garras.

El hombre se ahogó con su propia sangre, y la mujer vampiro se pegó violentamente contra su herida abierta, chupando la sangre. Mientras, que no dejaba de cabalgar sobre la polla, dentro suyo.

Con sus afilados dientes, le arrancó la mitad del cuello a aquel pobre hombre, y cuando quedó satisfecha. Sacó el pene de su intimidad, y se tumbó a un lado del cadáver, ensangrentada. La cama, que era tan blanca como la pureza, había quedado ensuciada por la oscura sangre. Tanto como las paredes, y la cara de Katerina.

Y ahora, la mujer vampiro se fumaba un cigarrillo, apoyando su cabeza del cadáver.

Se quedó mirando hacia el vacío, pensando que no podía pasar toda su vida en Las Vegas, seduciendo hombres, y comiéndoselos a diestra y siniestra. Sabía que tenía que seguir siendo astuta si no quería terminar como sus camaradas.

Como su amado Tristán.

Al pensar en esos cazadores de vampiros se le heló la sangre, y se refugió en el cadáver, que seguía manteniendo el cuello desgarrado, y aquella mirada de muerto. Katerina, lo abrazó, y se obligó a dejar ir el pasado, para no recordar cuando perdió a su amado Tristán. Y tuvo que escapar de su ciudad para no terminar como él.

Odiaba recordar el pasado. Así que, se limitó a fumar su cigarrillo en silencio. Hasta que de pronto sintió como algo le acarició el cabello, y entonces, se dio cuenta de que se trataba de la mano de aquel hombre.

Todavía seguía con vida. Y le estaba acariciando el cabello.

Katerina se apartó de él, desconcertada. Y cuando se levantó, vio como este seguía ahogandose con su sangre, pero sus enormes ojos estaban mirando a Katerina, casi con gusto.

La mujer vampiro pensó que el mortal no era más que un sádico. Y asqueada por eso, movió rápidamente su mano, y terminó de rebanarle el cuello por completo, logrando así que la cabeza se desprendiera del cuerpo, y cayera rodando por el suelo.

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⏰ Última actualización: Mar 28 ⏰

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