"La esperanza se tuerce a ilusión y luego vuelve al dolor,
así que goza, en silencio y sin mirar.
Y luego... siente.
En el gozo y dolor en simultáneo.
Entonces la esperanza se volverá agridulce."
Gabriel y Eliot se ven distanciados después de que Ga...
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Capítulo 1
~ Gabriel ~
Noviembre
Ese día era de aquellos en los que no me sentía de buen humor, por nada en particular, simplemente me sentía agotado. Tenía algo que ver con que era viernes y la semana había estado llena de exámenes y desvelos o tal vez era el estrés por el fin de semestre.
Bueno, tampoco ayudaba mucho el hecho de que Eliot me había pedido ir hasta mi departamento para poder darse una ducha y cambiarse antes de salir con su novia, ya que quedaba más cerca de la universidad.
Llegamos a mi diminuto departamento y yo me derrumbé sobre el sofá que había en la sala-comedor, derrotado, mientras Eliot hurgaba algo en la cocina.
—Oye —me llamó de pronto, con la voz amortiguada por la comida en su boca, seguramente. Yo no lo estaba viendo, sino que tenía el brazo tapando mis ojos, de boca al techo.
—Mh —murmuré, dándole a entender que le estaba prestando atención.
—Hay un chico de mi clase que quiere salir contigo.
Mi primera reacción ante sus palabras no fue sorpresa, ni curiosidad.
No, mi primera reacción fue enojarme, botando el aire por la nariz de forma exagerada mientras tensaba la mandíbula.
No debería haberme enojado por eso. Siendo objetivo, no tenía nada de malo ese comentario; pero, de nuevo, no estaba de humor y Eliot sonaba como que le daba lo mismo si salía con alguien más y eso me dolía estúpidamente.
—Qué bueno —musité de vuelta, tragándome mi enojo.
—¿No te interesa? Creo que es guapo.
—Ajá. —No quería seguir con el tema.
—Vamos, ¿ni siquiera lo vas a pensar?
—¿Desde cuándo andas consiguiéndome citas? No estoy interesado, Eliot, déjalo.
Hubo silencio. Era de esos silencios incómodos en donde me daba cuenta de que había volcado un poco mi molestia hacia Eliot cuando él no tenía culpa de nada, solo estaba siendo buen amigo o, al menos, seguramente eso pensaba él.
Llegar con un comentario de ese tipo me devolvía al pensamiento que me traía en este estado desanimado y desagradable, que tenía que ver con el hecho de que Eliot estaba saliendo con alguien más, que yo seguía soltero y que, por supuesto, tenía este patético enamoramiento no correspondido por él.
A Eliot, evidentemente, no le importaba si yo salía con alguien más. De una forma dramática podría esperar que él, no lo sé, mostrara interés en ello, una cuota de celos, una mínima señal de que la idea de que yo saliera con alguien le afectara en un rincón inexplorado de su mente y su corazón; sin embargo, Eliot lo hizo sonar tan casual, tan normal, tan desinteresado... que no hizo más que dolerme y hacerme sentir rabia conmigo mismo por siquiera pensar en estas cosas.