"La esperanza se tuerce a ilusión y luego vuelve al dolor,
así que goza, en silencio y sin mirar.
Y luego... siente.
En el gozo y dolor en simultáneo.
Entonces la esperanza se volverá agridulce."
Gabriel y Eliot se ven distanciados después de que Ga...
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Capítulo 10
~ Simón ~
Marzo
No me gustaba mucho el café, pero era necesario cuando se estaba en la universidad.
Dormir poco es común en gente de mi edad, porque las horas del día no alcanzan entre el transporte, las clases, los estudios, los trabajos y la mínima vida social que se puede tener.
Al menos, Emil y yo compartíamos opiniones respecto a los tiempos que podíamos o no pasar juntos, porque a veces Emil se desvivía en sus clases y en ensayos cuando tenía evaluaciones, así como también cuando tenía presentaciones de la academia, que eran igualmente importantes para su rendimiento en ella; y, de la misma manera, yo no solía tener tiempo cuando eran periodos de evaluaciones o cuando debía entregar un trabajo para alguna de mis materias.
Le pedí mi café favorito a la chica que estaba tras el mostrador y, cuando iba a pagar, una mano se posó sobre mi hombro y me hizo retroceder un poco.
—Yo lo pagaré.
Fue cuando vi a Eliot a mi lado, curvando una sonrisa amistosa y dándole el efectivo a la chica cuando pidió un café para él también.
—Amigo, no te puedes saltar la fila a tu antojo —lo reprendí, recibiendo una risita culpable por su parte.
—No era mi intención saltarme la fila, solo quería pagar tu café y me aproveché de la situación —señaló, haciéndonos a un lado mientras esperábamos nuestro pedido.
—¿Y a qué le debo tu amabilidad?
No pretendía sonar tan brusco, pero tampoco me gustaba andar con rodeos.
Eliot y yo no hablábamos casi nada el último tiempo. Creo que la última vez que cruzamos palabras fue cuando nos topamos en la secretaría tras inscribir nuestros ramos de ese semestre, hace semanas atrás.
Él había dejado de acompañarme a almorzar, solía irse temprano de la universidad y tampoco es que contestara mis mensajes —en realidad, tampoco le mandaba tantos, si soy sincero—.
Las vacaciones entre medio no ayudaron mucho a que nos viéramos con frecuencia. De hecho, creo no haber hablado con él durante todo el receso.
—Bueno, no lo sé, te vi y me pregunté si podíamos tomar un café juntos o algo así.
Lo miré lleno de sospechas. Esto indudablemente tenía que ver con Gabriel y su reciente encuentro del fin de semana.
¿Qué había pasado entre ellos? Ni idea. Emil me comentó que se juntaron y bebieron juntos en el bar al que solían ir y que quedaron de juntarse esa semana a almorzar.
