Capítulo 18

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Capítulo 18

~ Eliot ~



Mayo

Mis manos ya no temblaban, no como antes. El papel de la postal estaba debajo de la puerta cuando regresé ese día de la universidad y me iba a alistar para salir.

No tenía remitente, pero sabía quién lo mandaba. Las hojas de otoño de una ciudad en algún lugar del mundo, la fuente de aguas cristalinas y el cielo manchado de hermosas nubes vaporosas. Tenía diez casi iguales a estas, no sabía si eran lugares reales o si únicamente estaban hechos por computadora.

Daba igual.

Subí a mi habitación, con el papel quemándome en la mano. Al llegar a esos pocos metros cuadrados que me pertenecían, metí la postal entre medio de unos libros en la pequeña y descuidada estantería que había junto a la puerta.

Daba igual.

Elegí lo que iba a vestir esa noche. Damien iba a pasar por mí.

No es que me interesara mucho que esa postal estuviera casi gritando que la volviera a leer, que parecía observarme entre el libro de anatomía que nunca usé y el libro de extraterrestres que me compré junto a Gabriel; que dispersaba el polvo del mueble y me susurraba cosas a mis espaldas mientras me cambiaba de ropa.

Daba igual.

Terminé de cambiarme y revisé mi teléfono.

El susurro todavía estaba en medio de la habitación.

Tenía mensajes en mis redes sociales felicitándome por mi cumpleaños, respondía algunas y otras simplemente las pasé, no me importaba; el chat del grupo con los chicos se había llenado de mensajes sobre hoy y muchos emojis e imágenes como siempre.

Damien dijo que llegaría pronto.

Daba igual, pero, de todas formas, escarbé entre los libros y la saqué de nuevo. La leí, sin emociones, o tal vez con demasiadas emociones. Registré en la parte baja del mueble, donde las dos puertas daban a otro compartimiento en donde tenía cuadernos antiguos y llenos de telas de araña.

Había una caja. Una caja de zapatos muy vieja y desgastada. La abrí y, sin pensarlo mucho, metí la postal ahí, donde reposaban sus hermanas, aisladas del mundo y callando sus susurros. Enterrándolas al fondo de mi habitación y de mis pensamientos.

Recibí un mensaje en mi celular. Damien venía llegando.

Tomé mis cosas y me dispuse a bajar al primer piso.

Daba igual.

Hoy sería otro cumpleaños más.


Como un chicoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora