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-¡SeokJin! ¡Maldita sea, regresa!

Solo lágrimas podían salir de los ojos de SeokJin, las palabras se quedaron atoradas en su garganta.

Se encontraba en posición fetal en el piso de su cuarto, el llanto no cesaba, estaba desesperado, no sabía qué hacer. Los sollozos se escuchaban afuera de su cuarto, cosa que hizo que JongDae lo escuchara y lo encontrara.

-Jinnie, amor, yo no quise. Tú me obligaste a hacerlo.
¿Yo?
-Por favor cariño, sal y hablaremos tranquilamente, amor.
¿Eso era posible?

SeokJin hacía lo que podía para complacer a JongDae, lo que él quería se hacía y sin estar en contra, pero siempre había algo que lo hacía enojar. Digamos que, SeokJin es la pareja que cualquier quisiera tener, y él que lo tiene, no lo valora.

Sabía cocinar, era bueno en la limpieza, en los postres ni se diga, eran deliciosos y dulces, tanto que podía alegrarte el día. Pero siempre era comparado con otras personas por Jong.
Le decía que no era el mejor.

Nunca le dio un comentario alagando su belleza o lo que cocinaba. Al menos desde que vivían juntos, no.

JongDae, un chico de 24 años, era un amor de persona cuando apenas empezaron su etapa de noviazgo. Era detallista, cuidadoso, amoroso, y comprensivo.

Pero ahora, parece que solo era una máscara que ocultaba lo peor de él.

Cuando preguntaba en dónde estaba, con quién o a qué hora venia, pensó que lo hacía porque lo quería proteger. Pero cuando vio que le prohibía ciertas cosas, en cómo vestir, incluso con quien relacionarse, lo hizo pensar en si eso era correcto, ya que incluso lo amenazaba con dejarlo o golpearlo, pero lo olvidada cuando se disculpaba.

Los insultos a su persona no faltaban.

-Ahg vaya. ¡Otra vez con tus berrinches de mierda SeokJin!
Dolió.
-¡Esto es lo que odio! ¡Nunca estas bien, no haces nada bien!
Se levantó de donde estaba. Ya estaba cansado de todo esto.

SeokJin abrió la puerta, y lo primero que vio fue a JongDae sorprendido por su acción, pero su rostro paso a ser una expresión de burla.

-¡Ja! Mírate, estas hecho una mierda.

Tenía los ojos hinchados y rojos, al igual que sus mejillas, donde había un rastro de lagrimas, algunas ya secas, y su cabello desordenado.

-Sabes?, todo esto solo me da más razones para irme con EunJi.
Ella...

La chica, la cual dijo que ella si lo entendía y complacía. Y Dae lo sabía.

-La prefiero a ella mil veces, a Eun...
Estoy harto.

JongDae queda en el suelo, SeokJin lo golpeó, obtuvo fuerza, y de un puñetazo lo dejó en el suelo. Dae estaba alcoholizado, por lo que fue más fácil tirarlo.

Lo único que pudo pensar en ese momento era irse, por ahora, luego regresaría por las pocas cosas que tenía en esa casa.

¿Con quién?, con su amigo más leal en las buenas y en las malas, Jung HoSeok.

Este lo recibió preocupado, era de noche y sabia sobre los problemas de Jin y Dae, por lo que siempre temía por lo que le hiciera.

HoSeok, de 24 años, conocía a SeokJin desde la secundaria, siempre fueron muy unidos, se consideran hermanos. Una gran amistad.

Le ofreció un lugar para dormir mientras trabajaba duro para poner conseguir un departamento, no viviría con HoSeok para siempre.

-Trajo a EunJi...mientras yo estaba allí. Vino tomado, le había preparado la cena, me esforcé tanto. Que desperdicio.

Le comentó todo lo que paso a su amigo. Excluyendo la parte en donde Dae defiende a EunJi y este lo abofetea por tocar a la chica.

Todos esos momentos fueron otra vez recordados en la cabeza de SeokJin, al ver que JongDae le seguía marcando, insistiendo.

Insistiendo en volver, que fue un idiota al levantarle la mano y dejarlo ir. Que siempre lo ha amado y que merecen ser felices. Y, sobre todo, que lo ayudara a cumplir su sueño.

Mentiras.

Siempre era igual, Dae le marcaba, siempre de distintos números, diciéndole que lo amaba y solo quería protegerlo, que se equivocó y nunca le levantara la mano, además que no era su culpa, era del alcohol por lo que no estaba consciente de lo que hacía.

Y luego, SeokJin al no aceptar, venían las amenazas e insultos, haciendo que SeokJin terminara con colgar la llamada.

¿Por qué seguía contestando?, no sabía.

Algo dentro de él le decía que cambiaria, y que seguirían como amigos, pero al parecer, tendrá que borrar ese pensamiento.

𝓓𝓾𝓵𝓬𝓮 𝙄𝙣𝙨𝙥𝙞𝙧𝙖𝙘𝙞ó𝙣. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora