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La puerta de SeokJin fue tocada varias veces.

—No te muevas de tu lugar Dahlia, ya regreso.

Asintió mientras veía como el mayor se dirige a la puerta.
Abrió la puerta y vió a un señor, ya mayor de edad, pero no tanto, y uniformado. Era un oficial de policía, SeokJin se tensó.
¿Acaso llamaron a la policía al ver que no estaba la niña?, entonces el uniformado habló.

—Buenos días joven, vengo...

—No hice nada malo señor, yo..

SeokJin lo interrumpió, su voz salía temblorosa, lo hacía lucir sospechoso.
Pero el contrario niega y sigue hablando, tratando de explicar la razón de su llegada.

—Es usted el Joven...¿SeokJin?
Menciona después de ver su hoja de reportes.

—Si....yo soy, ¿pasa algo malo?
Seguía nervioso. Pero al ver al oficial tranquilo, entonces pensó que era alguna encuesta o algo así.

—Bien, mire, estoy aquí por qué nos reportaron que en la entrada de este edificio, había un joven sospechoso, ademas qué se encontraba golpeado.

SeokJin ahora estaba confundido, ¿Que tenía que ver él?, o acaso ¿era si lo habían visto? Por qué cuando él entro, no había nadie.
Aunque, llevaba días sin salir.

El uniformado continúo.
—Y Aparte de eso....intento atacar a una persona.
—Bueno...yo no he salido...desde hace días.
Le comentó tratando de recordar cuando fue la última vez que había salido.

—No se preocupe por recordar, no es eso.
Respondió mientras seguía revisando.
—Es porque el joven mencionó que lo estaba esperando y que quería hablar con usted.
Dejó de mirar los papeles para verlo a él.

—¿Conmigo?, pero oficial...Sabe cuál...

—¡Ah! Si...No nos quiso decir su nombre, pero encontramos su identificación.
Volvió su vista al reporte, buscando cuidadosamente.
—Su nombre es.... Kim JongDae.

Un escalofrío paso por el cuerpo de SeokJin, estaba atónito al saber que lo estaba buscando y estaba abajo.
El oficial miró su estado, por lo que decidió continuar con el reporte.
—Veo que si lo conoce...tranquilo, lo tenemos detenido. Al parecer, está bajo la influencia de sustancias estupefacientes.

Drogas.

—Lo llevaremos detenido a la estación. Puede ir si gusta a verlo. Y también por....si tiene algo que decir al respecto.

¿Ir...o no?

—Ah, yo... gracias por avisar oficial, me presentaré en unas horas.

—Me parece perfecto joven. Buen día.
Y con eso, el oficial se despide y baja al primer piso, se dirige a la camioneta donde esta JongDae detenido con otros policías supervisando.

Mientras el oficial bajá, alguien sube.
SeokJin estaba por entrar a su departamento, hasta que nota la presencia de otra persona. Mirándolo.

—SeokJin...
Esa voz, por alguna razón, extrañó escuchar esa voz decir su nombre. Pudo cerrar la puerta, pero una parte de él le decía que no, que lo mirara.
Volteó a verlo, era el. Pero, se veía muy.... decaído.

—NamJoon..
Susurrante, no pudo mantener la mirada.

—Yo...de verdad esperé para verte...y hablar.
Estaba preocupado, su voz temblaba y era muy baja.
—Pero lamentablemente no es el momento indicado, yo...

—Señor Jin, ¿ya podemos desayunar?
NamJoon quedó perplejo y confundido, aunque igual estaba aliviado.

La niña interrumpió su conversación, en su pequeña vocecita se escuchaba el aburrimiento, mientras jalaba levemente de la playera de SeokJin.
—Tengo hambre....

—¿Dahlia?
NamJoon habló, mientras miraba como, al parecer, ella y SeokJin se conocían y tenían confianza.

La menor no tuvo necesidad de ver quién le hablaba, su expresión cambio a una asustada y preocupada.
¿Por qué no? Había salido sin el permiso de su papá y en un lugar nuevo para ella, con su pijama de unicornios color rosa, algo manchada de harina.
Cómo acto de reflejo, rápidamente se escondió detrás de SeokJin.

Cosa que a NamJoon le trajo un recuerdo.
Cuando su madre, YeJi, la regañaba por rayar las paredes y dejar sus cosas regadas. Y Dahlia se escondía detrás de él, como el caballero protegiendo a la princesa.

Reaccionó.
—Oh no no no, princesa. No estoy enojado...solo estaba preocupado cariño.
Se apresuró a explicarle.
Estaba tratando de comprender como es que ella llegó con SeokJin.

Dahlia seguía detrás, no sabía que decirle, hasta que SeokJin responde.

—Ella vino con la intención de...hablar conmigo. Y yo la invite a desayunar, solo eso.

SeokJin toma a la menor en sus brazos, la sostenía con uno de ellos. Le regaló una sonrisa cálida, haciendo que la menor calme su temor y mire a su padre.

—Yo arme esto papá, no me gustaba verlo triste. Entonces vine a hablar con el señor Jin, pero tenía hambre y me divertí tanto con él...que olvide a lo que vine papá.

Sus ojos estaban cristalizados por las lágrimas, le dolió tanto a NamJoon. Así que decidió acercarse más a ella.

—No mi cielo, no llores. Sabes, estoy agradecido de que me quieras ayudar.

NamJoon tomaba con sus manos el pequeño rostro de Dahlia, mientras que SeokJin, quien la seguía cargando, se ponía nervioso por aquel acercamiento del azabache.
Notando algo extraño en su rostro.

Estaba tratando de calmarse,
solo era...
un padre preocupado por su hija.

—Y quiero pedirte disculpas por no estar al pendiente de ti, cariño. Cuando no te encontré, me preocupé, hasta salí fuera del edificio para buscarte.
La menor se había tranquilizado.
—Me alivia que estés aquí con SeokJin, que afuera o en algún otro lugar sola. Me hace sentir seguro.

NamJoon paso de ver a la niña, a ver a SeokJin.
Se reincorporó pensando en que decirle.
—Yo, si...gracias por...cuidarla Jin.
Al igual que el castaño, estaba nervioso.

—No es nada....
Bajó a Dahlia quien se dirigió donde su padre y le tomó la mano.
—Esperen un momento...por favor..

SeokJin regresó a la cocina, dónde se encontraba el plato de los beignets, lo tomó y lo llevo consigo.
—Tienes que ir con tu padre ahora. Tomalo y desayuna con él.
Le extendió el plato con las porciones con una leve sonrisa, algo nostálgica.

Dónde la menor lo aceptó gustosa.
—¡Gracias Señor SeokJin!
Su cantarina voz había regresado.

—Gracias SeokJin.
NamJoon le sonrió, una sonrisa que deseó ver SeokJin, pero sus nervios no lo dejaron.
—Yo...quisiera volver...para hablar, ¿Me dejarias?
No sabía que responderle.

¿Si o no?

—Dahlia necesita desayunar y...yo debo salir, así qué...

NamJoon entendió que no quería hablar, por ahora.
—Lo siento, gracias nuevamente por cuidar de ella.
—Adios señor Jin.

La menor se despidió, y él agitó su mano en señal de despedida. Volvió a entrar a su departamento, sintiendo como su corazón latía fuertemente.

Tenía que alistarse, llegaría antes de lo que planeó a la estación de policías.

🐇💓

𝓓𝓾𝓵𝓬𝓮 𝙄𝙣𝙨𝙥𝙞𝙧𝙖𝙘𝙞ó𝙣. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora