Capítulo 16

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Liam llegó a su casa y fue a su pieza. Se durmió, al rato se despertó y fue al baño a mojarse la cara.

—A esta hora Sandrine está llegando a casa de sus viejos —murmuró mientras apoyaba las manos en el lavamanos—. Ya me harté. Tengo que recuperar a mi familia. —Salió de casa, subió al auto y se fue.

Sandrine ya estaba en su casa. Su hermano estaba ahí también y le contaron todo. El resto de la familia todavía no llegaba. Grace hablaba por teléfono con su papá. Colgó.

—Dice papá que despidió a Liam apenas fue al restaurante —contó Grace.

—Me alegro —dijo Sandrine con seriedad, pero siendo sincera. Liam llegó en su auto. Grace y Spencer se acercaron a la ventana y lo vieron.

—¡¿Cómo mierda se atreve a venir?! —preguntó Spencer indignado.

—¡Ay no, no me digas que...! —se asustó Sandrine dando media vuelta, y se acercó también a mirar—. ¡No hay que dejarlo entrar! —Liam bajó de su auto y tocó el timbre. Se acercaron todos a la puerta por las dudas se le ocurriera tirarla abajo. Le decían que no lo iban a dejar entrar, y él exigía que le dejaran hablar con su mujer. Empezó a golpear la puerta.

—¡Sandrine, no te voy a pegar! ¡Dejenmé entrar, por favor, sólo quiero hablar con mi mujer! —Sandrine decidió ir a abrirle. Grace le agarró la mano antes de que tocara el picaporte, y su hermana le decía que quería saber qué tenía Liam para decir.

—Yo la defiendo si le hace algo —le aseguró Spencer. Grace le soltó la mano, y Sandrine abrió, pero sin dejarlo entrar.

—¿Qué querés? Hablá —dijo enojada.

—Quiero que vos y los chicos vuelvan conmigo —pidió Liam.

—Ni loca, no voy a volver con alguien que me agredió.

—Sabés que no quise tratarte de esa forma y te prometo que no lo vuelvo a hacer.

—No te creo, ya me mentiste antes, y no pienso volver a caer.

—Pero si mi intención no es engañarte. Volvé, por favor, no puedo estar sin vos y sin nuestros hijos.

—De ellos también quiero que te alejés. Mis hijos no saben nada de lo que pasó, pero si volvés a aparecer o a buscarme en cualquier parte, les cuento todo —amenazó su exmujer.

—¡No, no les cuentes! —suplicó—. Mi princesa, vos no sos así, no hablás en serio. —Liam la acariciaba mientras lloraba.

—¡Salí, no me toqués! —le gritó bajandolé los brazos bruscamente y alejandosé. Liam entró, y Spencer se puso al lado de su hermana—. Hablo bastante en serio, no quiero que te vuelvan a ver, no los merecés. Ahora andate antes de que lleguen del colegio.

—¿Tanto me odiás ahora? —preguntó con los ojos llorosos, victimizandosé.

—¡Te dijo que te fueras! ¡¿Cómo te lo tiene que decir?! —gritó su excuñado perdiendo la paciencia.

—¿Querés que les cuente todo a mis hijos en frente tuyo? O mejor llamo al colegio ahora y les digo —volvió a amenazar. Liam no sabía qué decir al escuchar eso, pero entró en pánico cuando vio a Sandrine agarrar el inalámbrico y empezar a marcar.

—¡No, no! —gritó Liam asustado. Su ex dejó el teléfono en su lugar y lo miró con rabia. Liam se secó las lágrimas—. Está bien, me voy ahora. Pero yo a vos no te dejo de amar. Vos y los chicos son lo más importante para mí. Siempre lo van a ser. —Se fue, y Grace cerró la puerta una vez que salió.

—Después voy a su casa; tengo unas cosas para decirle —avisó Spencer—, aunque Noel se enoje conmigo —agregó suspirando.

—Después de lo que Liam le hizo a Natasha, lo dudo —opinó Grace. Luego Sandrine se puso a hacer la comida. Llegaron los mellizos y Lester del colegio en el transporte. Finalmente llegó Katrina. Nigel por ser el dueño del restaurante iría más tarde. El almuerzo estaba listo.

***

—Ahora tengo otra cosa para contarles —dijo Sandrine a sus hijos. Estaban todos en el patio.

—Te dejamos sola —dijo Katrina. Se fueron y la dejaron con sus hijos.

—¿Qué es, ma? —preguntó Keegan.

—Tienen una hermana. Su papá tuvo una hija con otra mujer antes de conocerme —reveló su mamá.

—¿Él sigue con esa mujer? ¿Te está poniendo los cuernos? —preguntó Emily.

—No. Cuando nos conocimos, ellos ya habían terminado. Yo me enteré hace unos días —explicó.

—¿Y nuestra hermana dónde está? —preguntó Keegan.

—Con Isabelle. Es Jenna —reveló.

—¿La nena con la que jugamos el otro día? —preguntó Lester.

—Ella misma —confirmó—, por eso los llevé a que la conozcan.

—¿Vos de verdad sos amiga de Isabelle? —preguntó Emily sospechando.

—No, nos conocimos ese día. Tuve que inventar eso porque no quería contarles esta verdad de golpe —explicó.

—¿Y papá la quiere a esa nena o a nosotros? —preguntó Keegan mostrando celos.

—De haber sabido que esa nena era hija de papá con otra mujer, no jugábamos con ella —celó Emily. Se quisieron ir, pero su mamá los detuvo.

—A ver, a ver. No sean celosos ni malos con su hermana —los reprendió—. Ella no tiene la culpa, y su mamá tampoco. Papá los quiere a todos ustedes. —Obviamente el hecho de que Liam quería a Jenna era mentira, pero no podía decirles que su papá no quería nada con su hija mayor.

—Pero, ¿de Jenna por qué nunca supimos nada? —preguntó Lester.

—Pasa que papá cometió errores, pero a pesar de eso, él siempre los va a querer a los cuatro.

—Nosotros a él también, y lo extrañamos —dijo Keegan con tristeza. Luego ella, junto con sus hermanos, los llevó a pasear.

***

Esa noche, Spencer fue a casa de Liam. Él estaba en su cama deprimido. Sonó el timbre. Se tapó hasta la cabeza, pero Spencer siguió insistiendo, y decidió ir. Abrió.

—Ah, sos vos, no tengo ganas de pelear, andate —pidió Liam. Cerró la puerta, pero el otro la trabó con el pie.

—¡Me vas a escuchar muy bien lo que voy a decirte y no salgás de nuevo con que le pegaste a mi hermana sin querer! —se impuso Spencer mientras entraba a la fuerza—. ¿A tu cuñada también le pegaste "sin querer" acaso?

—¡No, con Natasha fue intencional, pero...!

—¡Pero nada! —lo interrumpió—. ¡Les pegaste a dos mujeres, y eso es de poco hombre! Si antes me caías mal, ahora mucho peor. ¡Es odio lo que te tengo! Te haría mierda, pero decidí no hacerlo porque no soy una bestia como vos.

—Yo ya estoy hecho mierda por dentro. Además, vos y May nunca me respetaron. Siempre pensaron que nada más quería burlarme de Sandrine, se la pasaban diciendo que ojalá fuera novia o se hubiera casado con su amigo que está en Australia. ¿Sigo? —le recriminó Liam.

—¡Callate, que todo eso no es nada comparado con lo que hiciste! Al final teníamos razón, vos nunca la quisiste a mi hermana. También te portaste mal con tu hermano y tu mamá.

—Noel en parte se lo merecía —dijo Liam frunciendo el ceño—, pero a mi mamá nunca le hice nada —se sinceró con tristeza.

—Ah, ¿no? Me enteré que la hiciste llorar, y a Noel tampoco lo quisiste. Si tanto lo querías como decías, no habrías tratado mal a su mujer, quien nunca le hizo daño a nadie, ni habrías hecho que se sienta culpable por perder a su bebé ni le hubieras dicho que Noel la iba a dejar por otra. Tu hermano y tu madre nunca te hicieron nada, siempre te dieron cariño, de todo, y vos lo único que hiciste fue decepcionarlos. Hasta con tus hijos fuiste una basura y me refiero también a tu hija ilegítima —le recriminó Spencer.

—¿Terminaste? Creo que ya me dijiste todo y te repito que no me siento bien —dijo Liam, cansado de escucharlo. Abrió la puerta como exigiendolé salir.

—Ahora te quedaste solo —finalizó. Se fue, y Liam cerró la puerta largandolá.

Tu hija 2: consecuenciasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora