Capítulo 18

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Peggy volvió a su casa, vio que su hijo no estaba. Al principio se preocupó porque no vio ninguna nota dejada por él, pero como ya casi era hora de hacer de cenar, supuso que ya debía estar de vuelta.

***

Liam seguía tirado en la calle y dormido. Se acercaron dos hombres y lo patearon un poco. Él se despertó y los vio.

—Levantate —dijo uno de ellos en un tono nada amigable.

—Vayansé, dejenmé solo —pidió Liam.

—Parece que este borracho no entendió —dijo otro. Lo agarró del brazo y lo hizo levantar a la fuerza. Liam se asustó.

—Danos la plata —exigió uno de los ladrones.

—No tengo nada, dejenmé. —Liam lo empujó y se fue, pero uno de los ladrones se le puso en frente.

—¿Te pensás que te vamos a dejar ir? —preguntó el segundo ladrón de forma amenazante. Lo agarró de la remera y le dio un golpe. Liam se la devolvió, y el que estaba detrás de él lo empujó. Liam trató de no caerse, pero uno lo agarró de los brazos y lo puso contra la pared. Le empezaron a pegar en la cara, en el estómago y a darle rodillazos en la entrepierna. Trataba de defenderse, de alejarlos, pero no se iban. Lo tiraron al suelo y lo patearon. Finalmente lo dejaron tirado todo lleno de golpes y se fueron. Liam estuvo en el piso un buen rato, nadie pasaba, le costaba levantarse. Hasta que logró levantarse como pudo y se fue caminando mientras se agarraba de las paredes.

En casa, Peggy miraba la hora, eran las 11:30 p. m. y entonces decidió llamar a Sandrine. Le atendió Katrina. Peggy le preguntó a su exconsuegra si Liam había aparecido por ahí otra vez, pero le contestó que no. Ella le dijo que su hijo se había ido hace horas de su casa y que todavía no había vuelto, que él nunca se iba sin avisar. Katrina la tranquilizaba diciendolé que ya debía volver. Peggy después llamó a Noel, pero este tampoco sabía nada. Luego llamó a sus excompañeros del restaurante y le dijeron lo mismo. Siguió haciendo llamadas por media hora.

En la calle, Liam seguía caminando hasta ver en la vereda de enfrente la casa de Noel y cruzó la calle hasta llegar a la casa de su hermano. Tocó la puerta y el timbre mientras lloraba. Su hermano estaba solo en el living y se levantó del sillón.

—¿Quién es?

—Abrime, Noel —suplicó Liam desde afuera. Su hermano decidió abrirle, pero para alejarlo de ahí, ya que sabía que ignorarlo sería inutil, y apenas abrió, Liam se cayó, cosa que asustó a Noel porque sucedió de repente. Pero lo agarró a tiempo.

—Liam, ¿¿qué te pasó?? —preguntó Noel sorprendido. Liam no le decía nada, y Noel lo ayudó a ponerse bien de pie y puso el brazo de Liam sobre su hombro—. Te llevo al sótano, tranquilo.

—Mmm, qué bueno que sos. —Natasha estaba en su cama viendo televisión y escuchó algo.

—¿Quién es, Noel? ¿Qué pasa? —preguntó desde su pieza. Noel acompañaba a su hermano al sótano.

—Ya estoy con vos en un rato —dijo Noel. Abrió la puerta y había una escalera que iba hacia abajo. Noel prendió la luz—. Con cuidado. —Bajaron los dos hasta llegar a una cama con un colchón viejo. Noel ayudaba a Liam a sentarse—. Ya vengo. —Noel subió y fue al baño por alcohol, algodón, curitas y a su pieza por sábanas. Su mujer le seguía preguntando, y él le decía que después le explicaba. Volvió al sótano, cerró la puerta y bajó. Pasó el algodón con alcohol por las heridas. Su hermano menor quiso gritar apenas el algodón tocó alguna herida, y Noel le tapó la boca—. Aguantatelá si no querés que mi mujer te escuche —murmuró. Liam trataba de no gritar mucho—. Ya está, Liam. Ahora sí, acostate. —Lo hizo ponerse de costado, lo tapó con la sábana y ahí nomás su hermano se reacomodó.

—Noel, vení, esperá —le pidió agarrandoló del brazo.

—¡Shhh! ¡Te dije que no hagás ruido! —lo retó en voz baja—. Acostate y descansá, estás muy borracho.

—Perdoname. Perdoname por pegarle a tu mujer, por lo que les hice a ustedes dos, por favor —rogó sollozando—. Les quiero pedir perdón a todos.

—Liam, por ahora descansá, hablamos mañana —dijo Noel tratando de ser paciente.

—Hermanito, yo necesito que me perdones, te lo ruego. —Su hermano perdió la paciencia y lo agarró del cuello de la remera.

—Vos no te calmás y te tiro a la calle. ¿Entendiste? —lo amenazó. Liam lo miraba con miedo y volvió a acostarse—. Descansá tranquilo —dijo volviendo a la calma—. Yo voy a venir cada tanto a ver cómo estás.

—Mamá me odia, Noel —dijo con tristeza. Noel lo volvió a tapar y subió la escalera. Cerró con llave. Natasha estaba ahí cerca esperandoló.

—¿A quién hiciste entrar, Noel? ¿Por qué tanto misterio? —preguntó preocupada.

—No te asustes, era Liam. Llegó todo golpeado, y lo llevé al sótano —dijo finalmente.

—¿¿Quéé?? ¡Noel, ¿cómo no querés que me asuste?! ¡No quiero ser insensible, pero sacalo de la casa ya mismo! —le exigió aterrada.

—Tranquila, no te va a hacer nada. Está muy mal.

—Pero, ¿cómo pudiste dejarlo entrar? —preguntó indignada.

—Naty, es mi hermano. Lo primero que se me vino a la cabeza al verlo tan golpeado fue dejarlo entrar y llevarlo a la cama.

—Hablaste con tu mama hace un rato, decile que venga a buscarlo —insistió—. Tengo miedo.

—La voy a llamar, pero para tranquilizarla. Y vos, mi vida, también calmate. Mi hermano se quedó dormido y está muy golpeado; no tiene cómo lastimarte —le aseguró.

—Mm, bueno, confío en vos. —Noel fue hacia el teléfono para llamar a su mamá. Ella justo volvió a su casa y atendió el teléfono. Su hijo le decía que Liam estaba con él, y ella decidió ir a verlo. Encontró un taxi al salir a la calle y se subió.

***

Llegó a casa de Noel.

—Disculpen la hora, pero necesitaba venir —dijo Peggy preocupada.

—No se preocupe, todavía no nos dormíamos —dijo Natasha.

—¿Dónde está?

—En el sótano. Está dormido, pero te acompaño —se ofreció Noel. Fueron los dos. Noel abrió la puerta del sótano y bajaron. Ella vio a su hijo durmiendo, algo destapado y lleno de moretones y algunas heridas cubiertas con gasas—. Además de llegar todo golpeado, tomó bastante. Es mejor que pase la noche acá.

—Me parte el alma, nunca lo había visto así —expresó Peggy muy afligida.

—Mami, no me odies. Sandrine, mi amor, vos tampoco. Perdonenmé —murmuró Liam soñando.

—Mi bebé. —Se le acercó y se sentó en la cama. Le acariciaba la cabeza—. Tranquilo, acá estoy. —Su hijo menor abrió un poco los ojos y la vio por unos segundos. Los volvió a cerrar. Ella se quedó un rato más y luego salió junto con Noel—. Cree que ya no lo quiero.

—Sé que no es así —dijo Noel.

—Es que discutimos y le dije un par de cosas —contó mientras subían la escalera. Salieron finalmente, y Noel volvió a cerrar.

—¿Y? —preguntó Natasha.

—Se despertó un ratito. Ay, pude haberlo perdido —dijo tapandosé un poco la boca y mirando a un costado.

—Má, lo que sea que le hayas dicho a Liam, estoy seguro de que no fue en serio. Estabas muy enojada al igual que todos —la consolaba Noel.

—Aun así no debí pelear de esa forma con él —dijo volviendolós a mirar—. Bueno, ya me voy —se despidió.

—Te llevo —se ofreció su hijo.

—Quedesé tranquila, nosotros lo cuidamos —le prometió Natasha, a pesar de que quería que Liam se fuera. Noel llevó a su mamá a casa en auto.

Tu hija 2: consecuenciasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora