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27 | Hilo invisible.

2/2 (6300 palabras, wtf!!!!!?????)

Julian pestañeó varias veces luego de abrir sus ojos, acostumbrándose a la luz que entraba por la ventana de la habitación de Miranda. Su cabeza estaba a punto de estallar, no iba a tomar ni una gota más de alcohol en su vida -mentira- después de la noche anterior.

—La puta madre—⁠Susurró pasandose una mano por la cara para despabilarse, el festejo de anoche fue destructor pero divertido. El campeón cerró sus ojos nuevamente por unos segundos mientras comenzaba a tener pequeños flashes de lo ocurrido en la madrugada y con cuidado extendió su brazo libre hacía un costado para poder acariciar el rostro de su novia, quién se encontraba pacificamente dormida.

Verla dormir tan tranquila lo hizo sonreír y querer acercarla aún más a él. Desde su lugar, Julian podía ver sus largas pestañas y podía sentir su respiración. Lo tranquilizaba saber que eran del otro y que no estaban hechos solo para una noche, si no que estaban luchando por el amor que nunca se terminó. Eran el verano del otro en un día de invierno.

Con intención de dejar que su novia descanse un rato más y cómo gesto de agradecimiento por lo de anoche, Julian se levantó de la cama decidido a prepararle el desayuno pero terminó despertando a Miranda con el insulto que largó al ponerse de pie sobre su pie lesionado, sintiendo un pinchazo desde el tobillo que luego recorrió toda su pierna.

—¿Ju?—La rubia se sentó en el colchón mientras lo llamaba. El jugador no pudo evitar sonreír al ver los pelos desordenados y la cara de dormida de su novia, estaba tan enamorado que no podía controlarse—¿Estás bien? ¿Qué te pasó?—La voz ronca de la rubia lo distrajo y tardó segundos en responder.

—Si, hermosa—Asintió con su cabeza aún con dolor—Nada más que me olvidé que tenía el tobillo lastimado y me levanté sin agarrar las muletas—El castaño resignado se giró y señaló el nuevo par que ahora se convertiría en una parte de él por los próximos dos meses.

Era un papelón, pero él realmente se había olvidado por completo que se había lesionado. Luego de que lo revisaran en la enfermería del estadio, se fue de festejo en muletas, pero de alguna manera el alcohol ayer lo había ayudado a dormir el dolor al nivel de no tener que usarlas durante toda la caravana. Entonces ahora todo el dolor tomaba protagonismo de manera triplicada.

—¿Te duele mucho?—Miranda cuestionó mientras veía como su novio tomaba sus nuevas herramientas de ayuda.

—Si, pero ya se me va a pasar—Julian rodeó la cama y se paró al lado de ella—¿Por qué no dormís un ratito más? Es temprano, yo te preparo el desayuno y te despierto—La rubia cerró los ojos y asintió con una sonrisa de labios juntos, contenta de haber recibido aquella propuesta.

—Un ratito nada más, que quiero estar un rato más con vos antes de irme al arena—El castaño asintió y le dió un beso en la frente. Miranda, segundos luego, se volvió a tirar de lleno en la cama para seguir durmiendo un ratito más, causando una carcajada en el jugador.

No, no podía ver ni una cosa que esté mal entre ellos dos; incluso si tomaba en cuenta su historia pasada. Estaban viviendo algo diferente y más fuerte, estaban despertando una versión diferente de ellos y eso era suficiente para admitir que no había una red de seguridad bajo ellos, caían libremente y se sentía perfecto.


Los papás de Julian llegaron a su departamento una hora antes de lo previsto. Sin embargo, eso no molestó al jugador, nunca iba a molestarle que sus papás decidieran pasar tiempo con él. Mataron el tiempo de espera para ir al show de Miranda, tomando mates y poniéndose al día acerca de todo lo que estaba sucediendo ultimamente -si, eso incluía a Miranda-.

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