06 | Huracán.
Había pasado una semana desde que Miranda y Julian cenaron juntos. Y desde aquel día no se habían visto, hasta hoy.
El carnet colgando de su cuello le habilitaba el paso a todos los lugares del estadio, incluído el palco en el que había estado aquella vez cuando vio a Julian después de años.
Miranda se encontraba pisando otra vez -en contra de su voluntad- el estadio donde el Manchester City iba a enfrentarse al Atlético Madrid. Su manager le había pedido que asista a aquel partido para comenzar a dar indicios de que quizás estaban juntos, con historias en instagram que coincidían no alcanzaba.
—Increible que estes usando una camiseta de otro club que no sea de boca. Y encima de un club inglés—Guadalupe habló llegando al lugar con las manos llenas de comida. Mirar el partido desde un palco tenía sus ventajas—Julian está feliz de que no toques la azul y oro.
—No dejé de ser de boca cuándo estuvimos juntos, menos voy a dejar de serlo ahora. Tampoco me emociona usar la camiseta del City, estoy completamente obligada—La morocha rodó los ojos ante la contestación de su mejor amiga.
—Miranda no podes vivir malhumorada todo el día. No te copa todo esto y lo sé, pero acordate que vos elegiste esto y tenes que bancarlo—A la rubia casi se le escapa de la boca que Matias la había obligado y amenazado a aceptar aquel trato, pero se contuvo. Nadie tenía porque saberlo o iba a perder todo lo que tenía.
—Si, tenes razón Guada—Miranda suspiró y robó una papa frita de la bandeja de su amiga—Pero vos sabes que me cuesta mucho porque bueno, tenemos nuestro pasado y no es tan fácil ahora. El no me puede ni ver, yo no lo soporto...Nada está bien.
—Yo se Mir, por eso estoy acá para acompañarte. Ya van a llevarse mejor, es cuestión de tiempo—Guadalupe sonrió—Vamos a tratar de ponerle buena onda y pasar estos seis meses lo mejor posible—La cantante no se contuvo y abrazo a su amiga, estaba tan agradecida con ella que no podía expresarlo en palabras.
—Gracias—La voz ahogada de Miranda hizo presencia—Por todo.
—Siempre Miru—La morocha la rodeó con sus brazos aún más fuerte. Los aplausos sonaron por todo el lugar—¡Ahí salen!—El grito de Guadalupe hizo que la cantante se separe de ella y enfoque su vista en la cancha—¡Mira Julian! Está re serio—El ceño de Miranda se frunció cuando vio la cara de Julian por la pequeña televisión—Esta re concentrado, se mete mal cuando juega. Es increíble.
—No—La rubia negó.
—¿No qué?—Guadalupe cuestionó sin entender.
—No, no está concentrado—Volvió a negar Miranda—Está enojado, me cuesta decirlo pero lo conozco y esa cara no es de concentración, es de enojo—La rubia se paró de su asiento y se cruzó de brazos mientras miraba atentamente la figura lejana del chico. Guadalupe la copió.
—¿Contra quién juegan?—La morocha preguntó en un susurro luego de segundos de silencio.
—¿Es joda Gua?—Miranda la miró con el ceño fruncido.
—En mi defensa, no consumo fútbol y es la segunda vez que vengo a la cancha.
—Entonces vas a tener que ir a la bombonera y conocer lo que es una hinchada amor—La rubia le guiño un ojo—Y juegan contra el Atlético de Madrid.
—Estás loca, no piso ese lugar ni en pedo. Yo soy de...—Guadalupe dejó de hablar debido a la sorpresa pintada en su cara—¡¿Ese es Rodrigo de Paul?!—La voz chillona de Guadalupe retumbó en aquel espacio. Miranda asintió—Me muero, que me haga conocer a Tini. Tu novio es su amigo, ¡Dale!—.
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أدب الهواةJulian Alvarez y Miranda Ferro tenían vidas tan iguales que eran diferentes. Ella estaba acostumbrada a ir en contra la corriente bajo la mirada encantada de todos, él disfrutaba de su exito de forma silenciosa y escondido. Dos mundos que en un mome...