10| Señor ladrón de novias.
El timbre en la casa de Miranda sonó sin parar, enloqueciendola por completo. La habían despertado de su siesta, quién sea el que estaba en la puerta tenía el dedo pegado al botón porque el ensordecedor ruido de serpiente no se detenía.
Los ojos le pesaban y la frazada que le colgaba de sus hombros se arrastraba por el piso. La tarde estaba fría, lluviosa y oscura, la acompañaba en sus sentimientos. La pelea con Julian la había destrozado por completo, las cosas dichas habían sido cuchillos clavados sobre su pequeño cuerpo.
No se miró en el espejo de camino a la puerta de entrada como hacía siempre, tampoco se acomodó el pelo despeinado ni se acordó de sus ojos hinchados por tanto dormir. Camino sin mirar nada más que al frente, queriendo saber que quería la persona que estaba tocando su puerta e interrumpiendo su momento de catarsis.
—Voy—Gritó, logrando que el ruido se detenga—I'm going—Pero se corrigió luego, a veces se olvidaba que no estaba en Argentina.
Sin observar por la mirilla, abrió la puerta y la persona que la esperaba al otro lado la sorprendió por completo. Sus manos se cerraron fuertemente alrededor del picaporte y estaba seguro que la presión se le había bajado.
Se llevó la enorme sorpresa de que Julian estaba parado frente a ella. El chico estaba empapado por la lluvia y su cara demostraba todo lo que sentía, incluso sus ojos estaban apagados.
—Miranda, yo...—La chica no lo dejó terminar de hablar, lo sujetó fuertemente del cuello del buzo y estampó sus labios contra los de él.
Mentalmente inestable, físicamente débil.
No sabía si fue el verlo mojado con el pelo cayendo sobre su cara o verlo tan tranquilo y arrepentido, pero a pesar de cualquier enojo o dolor su unica respuesta fue besarlo. Tenía tantas ganas de hacerlo que perdió el control. Se olvidó de Gastón y de la historia compartida con Julian, dejó de lado las palabras dichas ayer y empujó hacía el fondo la furia que sentía por el castaño.
Estuvo fantaseando con eso en el último tiempo,
cómo si él realmente fuera suyo.Julian tardó en reaccionar pero lo hizo una vez que encontró el camino para que sus manos se muevan suavemente por todo el cuerpo de Miranda. Dando pasos torpes, se adentraron a la casa y el chico cerró la puerta a sus espaldas para luego girarse y apoyar a la rubia sobre aquella.
Con miedo ante la reacción que Miranda pudiese darle después de aquel impulso -aunque ella empezó-, se separó mínimamente de sus labios y fijó la mirada en la de ella. Había un brillo detrás, en esos ojos verdes que le producía un poco de esperanza, que le decía a gritos que quizás ese deseo era recíproco después de todo.
Miranda cerró los ojos, luchando contra su propio corazón. Y Julian pudo ver esa pelea interna, sabiendo la cantidad de cosas en las que su ex novia estaba pensando. Queriendo callar las voces que atormentaban a la chica entre sus manos, acarició la nariz de la cantante con la suya, para luego unir sus frentes y acariciar sus labios.
Intentó otra vez, queriendo más.
Y es que verdaderamente era innecesario que se siguieran escondiendo y guardando esa fogosidad entre ellos cuando en realidad eran los cuerpos de ambos los que hablaban, no alcanzaba jugar a fingir que eran una pareja. Los labios de Miranda comenzaron a moverse en sintonía con los de Julian. Las lenguas de ambos chocaban entre ellas y parecía que cualquier rastro de odio, enojo y frustración estaban volcados en ese beso.
El cielo se caía al otro lado de la puerta, parecía ser el fin de todo pero ellos estaban ocupados fundiendo sus cuerpos. No importaba nada más que ellos, el mundo a su alrededor no existía mientras estaban en brazos del otro.
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FanficJulian Alvarez y Miranda Ferro tenían vidas tan iguales que eran diferentes. Ella estaba acostumbrada a ir en contra la corriente bajo la mirada encantada de todos, él disfrutaba de su exito de forma silenciosa y escondido. Dos mundos que en un mome...