18 | PECHOS

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Comencé a abrir los ojos, me encontraba totalmente aturdido y la luz de la habitación era baja aunque poco a poco comenzaba a aclararse.

Me sentía muy cansado y al tratar de moverme, noté que nuevamente mi cuerpo estaba totalmente paralizado, todo salvo mi cabeza que nueva mente giré lentamente para observar que a mi derecha había un hombre sentado en una de esas sillas.

-¡Qué decepción, Jack! - Exclamó Igor llamando mi atención mientras dejaba una copa que estaba tomando mientras esperaba a que yo despertara.

Giré por completo mi cabeza hacia él para mirarle fijamente sin poder mover mi cuerpo completamente cubierto hasta el cuello por aquellas sábanas.

- No entiendo por qué no aceptas la oportunidad que te estamos dando ¿A caso prefieres estar muerta? - Dijo mientras se ponía en pie para apoyarse en su bastón y comenzar a caminar hasta pararse frente a mi.

Traté de hablar, pero mi voz no salía de mi garganta, carraspeé un poco mientras levantaba la mirada para observarle. Estaba completamente inmóvil y me sentía totalmente vulnerable.

- Al ver tu falta de compromiso, hemos tenido que vernos obligados a acelerar tu proceso - Dijo con gran seriedad mientras agarraba las sábanas que me cubrían para levantarlas.

Cuando Igor levantó las sábanas, mis ojos comenzaron a brotar lágrimas al ver que ante mí donde antes estaba mi pecho musculado y plano ahora había dos abultamientos cubiertos por un vendaje.

-¡Exacto, Jackeline! Ahora tienes tetas y no unas tetas cualquiera, te hemos puesto unos grandes pechos de talla ciento diez, lo cual te obligará a llevar sujetadores si no quieres sentirte demasiado incómoda - Continuó mientras retiraba los vendajes para mostrar ante mis ojos aquellos grandes pechos.

No podía dejar de mirar lo que se descubría ante mí, mientras de mis ojos no paraban de salir lágrimas de impotencia. 

Hubiera deseado matar a Igor con mis propias manos pero no podía mover ni un solo músculo salvo mi cabeza, así que asumiendo que estaba en sus manos y sin poder hablar todavía, eché mi cabeza hacia atrás para mirar hacía un lado con la mirada perdida en algún punto de las paredes de aquella habitación.

-¡Tienes unos pechos preciosos, Jackeline! - Exclamó Igor mientras tocaba esos abultamientos para comprobar que estaban en perfecto estado, mientras yo, seguía resignado sin hacer nada y llorando mirando a la nada. - Por el momento no puedes sentirlos, pero en un rato, podrás disfrutar de ellos ¡Ya verás que maravilla! A ti que te gustan tanto las tetas, seguro que las tuyas te harán muy feliz en muy poco tiempo - Continuó mientras jugaba con esos enormes pechos - Además hemos mejorado tus pezones y ahora son grandes, duros y muy sensibles, y si no quieres marcarlos, tendrás que ponerte sostenes. - Dijo sonriendo mientras ponía una mano sobre mi cara para limpiar mis lágrimas.

De pronto, Igor agarró con su mano mi cara y me obligó a mirarle a la cara. De nuevo traté de hablar para recriminarle lo que me había hecho, abrí la boca pero de ella solo salían sonidos guturales.

-No te esfuerces en hablar, todavía tardarás un poco en descubrir tu nueva voz - Dijo con una sonrisa mientras me observaba con una ternura que me hacía estremecer. - También hemos operado tus cuerdas vocales para que tengas una voz menos grave y más dulce, más similar a la de la mujer que eres... - Siguió sonriendo con maldad mientras me miraba a la cara desafiante.

Lo que ese malnacido me estaba contando me destruyó por completo. Dejé de mirarle directamente y mientras la luz de la habitación se aclaraba por completo, miré hacia arriba para ver de una vez mi cuerpo completo en aquel espejo de techo y enfrentarme a la imagen de ver por primera vez mi cuerpo desnudo tumbado en esa cama.

Cómo me convertí en JackelineDonde viven las historias. Descúbrelo ahora