Cómo me convertí en Jackeline

36 | TODO O NADA

Después de unas horas, Inna salió de la habitación llevando solo unas braguitas y una camiseta abultada por sus grandes pechos sin sujetador lo que hacía que sus pezones se marcaran exageradamente.

-¿Has podido dormir? - Preguntó Inna yendo a la barra de la cocina para prepararse un café.

-No... - Me incorporé en el sofá para mirarla - No sé si estoy preparado para esto.

-Para empezar, deberías dirigirte a ti misma como una chica, así lo empezarás a ver de otra manera ¿Quieres un café? - Dijo para terminar preguntando con una sonrisa.

-Sí, gracias, creo que lo necesito - Respondí nervioso.

-¿Sabes lo que tienes que hacer esta noche? - Preguntó Inna mientras cogía una taza para prepararme un café.

-No, no sé si... - Tragué saliva - Sabré hacerlo.

-Es lo mismo que te obligaron a hacer en la cárcel, pero sin sentirte mal porque te pagarán por ello... - Dijo tratando de quitar hierro al asunto para hacerme sentir más cómodo. - Piensa que cada mamada que hagas y cada enculada, estarás más cerca de volver a ser Jack... ¿Entiendes?

-Ya pero ¿Cómo debo comportarme? No estoy preparado... Preparada... para ser una mujer... - Pregunté con tristeza mientras Inna se acercaba y dejaba mi taza de café sobre la mesa.

-Mira... Entre nosotras solemos ayudarnos, ahora cuando se levanten las chicas, podemos preparar una "Sesión de entrenamiento"... Es divertido y con ellas aprenderás todo lo que necesitas para servir a un hombre y si empiezas con ellas será menos traumático...

-¿Te refieres a hacerles una...? - Hice un gesto obsceno con mi mano y mi boca.

-¡Claro! Te resultará más fácil aprender con una mujer con pene, nosotras solemos practicar entre nosotras así... A ti te resultará mejor e irás más segura está noche, pero si lo prefieres puedes entrenar con uno de mis dildos, aunque con una polla real es mejor. - Continuó insistiendo.

Yo solo preferí no decir nada, así que tomé mi taza de café y comencé a beber en silencio.

De pronto, a mi espalda, oí cómo la puerta de la habitación de Helena y Roberta se abría y eso hizo que sufriera un pinchazo en mi pecho, me puse muy nerviosa al oír la puerta y las risas de ambas chicas que poco a poco recorrían juntas el pasillo hasta llegar al salón.

Roberta llevaba sus braguitas azules decoradas por el bulto de su pene y un sostén del mismo color. Por su parte Elena, llevaba una camisola que le llegaba hasta el muslo.

-¡Chicas! Jackeline necesitará practicar para esta noche - Dijo Inna sonriendo a las dos chicas. - Tenéis que enseñarle todo lo necesario para comportarse adecuadamente.

Al oír a Inna de nuevo sentí un pinchazo en mi pecho y comencé a ponerme muy nerviosa.

-¡Claro, sin problema! Pero para que no se sienta mal, primero saca un dildo y le enseñaremos a chupar una polla, y luego ya que le haga una mamada a Helena para practicar y luego si quiere que me la haga a mí también... ¿No os parece? - Dijo Roberta con normalidad.

-¿Te parece bien así, Jackeline? - Preguntó Inna agarrando mis manos al verme tan nerviosa.

-Ehhh... Bueno... Yo... - Balbuceé.

-Es lo mejor, si vas directamente a por la polla de un hombre lo pasarás mal, es mejor que aprendas a disfrutar de tener un pene en la boca y en tu caso lo mejor es ir de menos a más... - Dijo Inna mientras se levantaba para ir a su habitación.

Unos segundos más tarde, Inna salió con un consolador en la mano mientras las otras chicas se acomodaban en el otro sofá.

Durante un buen rato, entre las tres me enseñaron a lamer aquel vibrador y chuparlo como si fuera el pene de un hombre. Primero lo hice sentada y luego de rodillas, incluso para hacerlo más realista, Inna se puso de pie frente a mí e hizo de hombre para enseñarme todos los movimientos que debía hacer para darle placer a uno.