51 | LA CRUELDAD

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Después de que Lucy me regalara mi primera vez como mujer y disfrutar del mayor éxtasis de mi vida, ambas fuimos a la ducha de la habitación de Lucy y comentamos cómo me había sentido.

Ella me confesó que quería ser la primera en estrenarme como mujer y hacerme sentir cómoda por primera vez. Al decírmelo, no pude evitarlo y la besé para darle las gracias por devolverme la razón de ser.

Lucy me quiso hacer entender que con un hombre iba a ser distinto.

-Los hombres solo piensan en ellos mismos, te usarán y vas a sentir tanta intensidad y cariño, por eso he querido darte este regalo. Con un hombre podrás disfrutar, pero no será tan romántico, ni tan pasional, solo será sexo sin más... Los hombres son egoístas, pero tienen pene y no hay nada como eso - Dijo con seriedad para ponerme en preaviso.

-Lo sé... Yo fui uno, señora... - Respondí con firmeza aceptando lo que Lucy me quería decir.

-Es mejor que entiendas que eres tú quién los usa a ellos para tu propio placer que a la inversa... De lo contrario, jamás disfrutarás con ellos, son todos unos cerdos miserables - Concluyó mientras yo asentía asumiendo sus palabras.

Después de aquella conversación en la ducha, Lucy me llevó a su gran vestidor que había tras una puerta en su habitación. Aquel vestidor era el sueño de cualquier mujer, tenía ropa de todo tipo y colores para cualquier ocasión, repleto de zapatos y con un tocador enorme al fondo con un gran espejo.

Al verlo me sorprendí, era como el paraíso para una mujer y aunque nunca había sentido interés en la ropa femenina, al entrar a ese lugar me sentí como una niña pequeña llegando a Disneyland.

Lucy y yo, hicimos un showroom en el que estuvimos toda la tarde probándonos ropa hasta elegir el vestido adecuado para la cita con Jules, el chico con el que íbamos a pasar la noche.

Finalmente yo elegí un vestido de tubo rojo hasta las rodillas, con lentejuelas y tirantes que me hacían un precioso escote en forma de corazón. Elegí lencería negra fina de encaje y medias con ligero que rematé con unos elegantes zapatos de tacón negros. Lucy se puso un vestido negro, elegante y lencería roja. Y para terminar de prepararnos, ambas usamos su gran tocador para maquillarnos de forma adecuada, con sombra negra y máscara de pestañas, pero con un vistoso labial rojo mate permanente.

 Y para terminar de prepararnos, ambas usamos su gran tocador para maquillarnos de forma adecuada, con sombra negra y máscara de pestañas, pero con un vistoso labial rojo mate permanente

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Jackeline frente a Lucy tras vestirse para la cita


Ambas nos veíamos perfectas para la cita y mientras terminábamos, de retocar nuestros pómulos para darnos un poco de rubor mientras conversábamos sobre la cita y las cerdadas que íbamos a hacer con la polla de ese musculado chico, de pronto sonó el timbre de la casa.

-¡Ya está aquí! - Dijo Lucy emocionada levantánsose para bajar hasta el recibidor y abrirle la puerta.

Yo seguí a Lucy hasta el recibidor y el chico entró sujetando en su mano una botella de champán.

Cómo me convertí en JackelineDonde viven las historias. Descúbrelo ahora