Capitulo 13: ¿Enemigo o Aliado?

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Tanto tiempo estando con los brazos colgados, empezaron a dolerme. Era una sensación que comenzaba con un hormigueo y luego terminaba con un doloroso calambre.

No habíamos comido ni bebido nada, ni siquiera sabíamos si seguia siendo de día o si ya había anochecido.

El joven no nos quitaba los ojos de encima. Nos llevaba observando por horas sentado en una gran piedra y con una antorcha clavada en la arena justo a su lado.

- ¡Oye, tú!- Addam alzo la voz.- ¿Acaso planean matarnos de hambre y sed?
- Sé que no puedes hablarnos, pero por lo menos danos agua. - Elia se expresó en un tono calmado y pacífico. -Por favor.

El joven agarro su bota de agua y primero fue a donde Elia para invitarle un sorbo.

-Gracias. - Elia le sonrió.

El joven asintió con una leve sonrisa tímida.

Nos convido agua a Addam y a mí y regreso a su roca para sentarse.

-Tú fuiste el que me lanzo una flecha. Si apuntabas un poco más a la izquierda me hubieras dado en el corazón, o cerca de el. ¿Cuál es tu nombre?
-No pierdas tu tiempo Daenerys, él no hablara.
-Esta bien si no quieres hablar, solo tienes que escucharme. Mi familia es la más rica de Westeros, ellos te pueden dar el peso de los tres, en monedas de oro. Eso y mucho más podría ser tuyo si nos ayudas a escapar.

El joven se quedó quieto, inexpresivo, no hacia más que mirar al fuego de la antorcha, y así se quedó haciendo caso omiso a cualquier cosa que le decía.

- ¡Auu!- Elia se quejó.
- ¿Qué ocurre?- pregunto Addam.
- Mis dedos, me duelen.
-Por favor, ayúdala. -suplique al muchacho.

El joven se acercó con cuidado, mirando que Addam no lo atacara. Sujeto las manos de Elia y las soltó rápidamente de golpe.

-Están frias, lo siento.-Elia se disculpó.

Comenzó a soltar el amarre de las manos de Elia, lo suficiente como para que sus dedos pudieran moverse y la sangre llegara a ellos.

- ¿Cuál es tu nombre?.-Elia no recibió respuesta.- Es solo que... quiero ponerle un nombre al rostro de la persona que está siendo amable conmigo.
- Rys.- susurro cabizbajo.
- Gracias Rys.

Rys asintió y se puso de pie.

-Podrías también ser amable conmigo y bajarme de aquí. Ya no siento mis brazos.

Rys me vio dubitativo, estaba tomándose su tiempo para pensar en mi petición. Finalmente parecía haber cedido, saco su cuchillo y empezo a buscar la forma de cortar mi soga.

-¿Qué haces?

Unos ebrios Jack y Racallio aparecieron tomándonos por sorpresa.

-E-es que ella dijo que no sentía sus brazos. Solo iba a ayudarla.-guardó temeroso su cuchillo.
-Tu trabajo es vigilarlos, no darles comodidades. - Jack le dio un puñetazo en la cara que lo tumbo al suelo.-¡¿ENTENDISTE?!-lo jaloneo del cuello de la camisa.
- S-s-si.-Rys intentaba ocultar su rostro con su mano.-Lo siento.
- ¡Ya basta, Jack!- Racallio lo jalo del brazo, apartándolo de Rys.-Creo que ya entendió que hizo mal. Parate.

Rys acató su orden y se puso de pie, sus manos temblaban y su cabeza estaba agachada. No se atrevia a dirigirles la mirada.

-Ya tuviste suficiente por hoy.-Racallio rodeo los hombros de Rys con su brazo.- Mejor vayamos con el resto a seguir bebiendo. Ellos no tienen a donde a ir.- se rio burlándose de nosotros.
-¿Qué pasa princesa? ¿Te duelen los brazos? Yo puedo hacer que te duelan las piernas también.

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