Capítulo 18: Unholy

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📍Kingslanding

Al llegar a Pozo Dragón, los guardianes me reconocieron por el distintivo de mi cabello. La idea era pasar desapercibida en las calles de Kingslanding, así que Elia se encargó de pintar mis mechones platinados cuando nos dejaron a solas con Meyrax en una clase de cueva.

Terminamos escabulléndonos de Pozo Dragón y salimos rumbo a la ciudad.

- Huele súper asqueroso. - Elia aguantaba la respiración y un par de arcadas.
- Asqueroso es poco. Huele a mierda.

Elia se carcajeo fuerte, captando la atención de algunas personas.

- No llamemos mucho la atención.- impulsivamente la codeé.
- Lo siento.- Elia acomodo su capucha.- Mejor avancemos.
- Espera.- observe unos callejones repletos de mendigos y ebrios con ropas rasgadas y sucias.- Creo que estamos por los alrededores del Lecho de Pulgas. Deberíamos volver a la cima de la colina de Rhaenys. Oí que ahí hay burdeles, posadas y tabernas caras y lujosas.
- Está bien. Tú me guías, yo te sigo.- la dorniense entrelazó su brazo con el mío.

Elia había aceptado su destino. Sabía que salir conmigo significaba ir a beber y perdernos por los burdeles.

Regresamos los pasos que habíamos dado e ingresamos a una posada para comer y beber.

Apenas tomamos asiento, nos ofrecieron tarta de carne de ternera y cerdo ahumado con pan de trigo.

- ¿Cuál de los dos cuesta menos?-pregunto Elia.
- El cerdo ahumado.- respondió la mujer que nos atendía.
- Entonces quiero la tarta de carne de ternera.- con un sutil gestos de manos, Elia simulaba ser una refinada dama de alta cuna.
- Yo quiero el cerdo ahumado y dos copas con vino.-dije entre risas por los gestos de Elia.

La sirviente de la posada asintió y se retiró para atender otro pedido.

- Si sabes que el plato más caro no siempre es el más rico ¿verdad?
- No importa, yo lo quiero probar. Al final, tu eres la que paga.- se encogió de hombros y me miro de forma altanera.

Quede boquiabierta ante su afirmación, y termine negando con la cabeza y riendo por sus ocurrencias.

En tan solo un año ya se le había pegado algunos de mis comportamientos. Elia recibía una paga de cinco monedas de plata al mes por ser mi dama, cosa que en realidad no se estimaba a hacer, pero con su esfuerzo se lo había ganado. Incluso hice que aprendiera a hacer el té de luna para salvarme de cualquier consecuencia no deseada.

Elia descubrió que la ternera no era de su agrado, una vez que probó su platillo. Al final terminamos compartiendo la comida por su mala elección.

Nuestra breve conversación se vio un tanto opacada, por que a espaldas nuestra había una mesa llena de capas doradas, que se encontraban bebiendo, riendo y hablando sobre el famoso burdel de Littlefinger.

- ¿Quieren más vino?-pregunto la sirvienta que nos atendía.
- Si, por favor.-Elia respondió de inmediato .
- Disculpa. El burdel del que hablan los soldados. ¿Está cerca de aquí?- indague con curiosidad.
- Sí, está a tres calles.- la mujer vertió vino en nuestras copas.-El burdel de Littlefinger es el más costoso de Kingslanding. Tiene a los hombres y mujeres más atractivos de la capital. Es el burdel favorito de los Principes y Lores de las grandes casas.

Al escuchar el relato de la sirvienta, le sonreí con complicidad a Elia. Ella me devolvió la sonrisa con una leve negación de cabeza, porque sabía perfectamente que ese sería nuestro siguiente destino en la noche.

- Gracias por la información.- le sonreí amablemente a la sirvienta, y está se retiró.
- Quieres ir a ese burdel ¿No es asi?
- Si. Pero tengo una mejor idea.






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