Capítulo 4: El Primer Dracarys

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15 años desde 112 D.C.

Les haré un pequeño resumen de lo que pasó estos últimos años.

Deje de visitar a Viserys desde el incidente con Daeron, pero igual le enviaba cartas y él me enviaba dinero cada que se acercaba mi onomástico.

Vino a visitar Driftmark en una ocasión cuando tenía trece, pero su lord mano, Otto Hightower, lo persuadió de que era mejor que yo fuera a Kingslanding, por qué un Rey no puede dejar su reino.

Rhaenyra dejo de visitarme a los catorce, ya que salió embarazada de su primer vastago con Baelor. Supongo que tuvo miedo de que le hiciera algo al bebé, lo cual es muy estúpido, no estoy tan loca. Mis hermanos nunca llegaron a visitarme, solo me enviaban cartas por mi onomástico y yo les regresaba el favor, bueno, a ser sincera, Rhaena les escribía por mí, y todo lo que sabía de ellos era por
Rhaena y Baela.

Cómo mi familia parecía no tener intención de venir a Driftmark, les mandé una carta prohibiéndoles venir.

Corlys y Rhaenys seguían entrenándonos, nos volvimos buenos gracias a ellos.

Addam había logrado convertirse en caballero con sólo dieciséis años. Cuando junto a Corlys defendieron una de las rutas marítimas de Braavos a Westeros de las manos de los piratas. Esto molesto a Vaemond que lo hizo alejarse y ocuparse de las rutas marítimas más lejanas de Driftmark.

De dicha hazaña, Addam trajo algunos de los tesoros que lograron quitarles a los piratas. Nos mostró bolsas con zafiros, diamantes y perlas. Addam se quedó con algunos y nos regaló el resto.
A Baela los diamantes, a Rhaena los zafiros y a mí las perlas.

Baela y yo crecimos fuertes y bellas, siempre intentando derrotarnos. Incluso nos pusimos un reto, ganarle a cada guardia y/o espadachin de Driftmark, y lo hubiéramos logrado de no ser que aún no podíamos ganarle a Corlys.

Cuando entrenábamos sin supervisión, no terminábamos hasta que una gota de sangre saliera de nuestros cuerpos. Incluso tomamos la costumbre de ataques sorpresa en la madrugada. Eran ataques inesperados y nuestros guardias ya lo sabían, por eso nos dejaban pasar a la habitación de la otra; excepto cuando Rhaena venía a visitarnos, por qué una madrugada hicimos tanto ruido que salió a gritarnos y nos hizo prometer que cuando ella estuviera pararíamos nuestros ataques.

A Addam definitivamente los años le cayeron bien, ganó un poco de músculo, sin volverse tosco. Solía entrenar a veces sin camisa para llamar nuestra atención y el de las sirvientas que suspiraban al verlo entrenar.

Meyrax había crecido demasiado, ya estaba por alcanzar a Seasmoked. Parecía que el vivir al aire libre, le había permitido crecer rápidamente, incluso más que otros dragones. Finalmente aprendió a cazar por su cuenta y ya podía montarla cuando yo quisiera.

Siempre fui una niña delgada, pero ahora mi cuerpo había cambiado, gane musculo debido a las largas horas de entrenamiento. Mis pechos crecieron a un tamano mediano y proporcionado, mis caderas ensancharon haciendo que mi cintura resaltará más. Y las facciones de mi rostro ya no eran las de una niña, mis pómulos resaltaban mas junto con mis pomposos labios rosados.

Los pobladores de Driftmark solían describirme como una joven hermosa, orgullosa, terca y petulante. Decían que era amable solo con las personas que también lo eran conmigo, y si te ganabas mi antipatía recibías miradas de desprecio. Y debías estar agradecido de que solo te mirara mal, por qué dos personas ya habían pagado con su vida el haberme molestado.

Flashback

Era una tarde soleada en Driftmark. Baela, Addam y yo decidimos salir de la fortaleza a dar un paseo por el pueblo después de entrenar.

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