Con ambas manos sobre la mesa, observe mis nudillos rojos con un pequeño temblor y unas minúsculas manchas de sangre seca en ellos. No prestaba atención a nada ni a nadie, era como estar en un trance. Subí un poco la vista mirando el zafiro del anillo de Laenor en mi dedo anular, mientras escuchaba una voz a la distancia.- Lo siento.- fue lo último y único que oí de todo lo que Laenor dijo.
- ¿Lo sientes?- pregunté aún con la cabeza agachada, ocultando mis ojos llorosos.- ¿Por que? ¿Por que abandonaste a tu familia?
- Si... Lo siento... Yo sólo intentaba protegerlos.
- Protegernos.- sonreí sarcásticamente mientras jugaba con el anillo.- Nos dejaste creer que habías muerto y nos abandonaste, a tus padres, a mis hermanos... a mi. ¿Que clase de padre hace eso?- le plante la mirada y el la desvío de inmediato.
Mis dientes rechinaban por la fuerza con la que los apretaba, conteniendo mi ira ya que no podía volver a golpearlo por que Baelor estaba atrás mío en un rincón, vigilando la charla que se desarrollaba.
- Yo creí que con Baelor estarían mejor. Él es un hombre fuerte y formidable, y eso es lo que ustedes necesitaban... Necesitaban a alguien que les brindará seguridad y ayudara a asegurar la ascensión de tu madre...
- ¡No estamos hablando del puto trono!- golpeé la mesa con ambas manos, causándole un sobresalto a Laenor.
Los pasos pesados de Baelor me indicaron que se había acercando, pero no lo suficiente, ya que Laenor levantó su mano para indicarle que se detuviera.
- Hablamos de ti, y como simplemente le diste vuelta a la página y te olvidaste de todo... y de todos. ¿Como pudiste hacerlo? ¿Acaso fue tan fácil para ti?- otra vez ese nudo que se forma en la garganta, se instaló, complicándome el poder hablar y respirar.
- ¡No!- negó de inmediato con la voz temblorosa y sus ojos ya empezaban a llenarse de lágrimas.- Tampoco fue fácil para mi, Dany. Yo... yo fui un cobarde y lo se. Me equivoqué...
- ¡Un cobarde!... Eso es lo que eres.- me levante de mi asiento para apoyar mis manos en la mesa y seguir increpándole.- Un cobarde que no se atrevió a enfrentar sus responsabilidades. Un cobarde que prefirió su libertad y a su amante antes que a su propia familia...
- Daenerys, por favor...- suplico ya al borde del llanto.
- No te mereces todas las lágrimas que Rhaenys y Corlys derramaron, ni siquiera las mías.- una lágrima resbaló por mi mejilla y la limpié rápidamente, haciéndolo ver como que acomodaba un mechón de cabello detrás de la oreja.
Me di la vuelta y me acerqué a Baelor para pedirle mis pertenencias que tenía retenidas.
- Mi daga y mi arco, ahora.- le ordene mirando su pecho, para evitar que viera mis ojos rojos.
El me las regresó sin preguntar y guarde mi daga en su funda.
- Lo siento tanto, Dany.- escuché la voz temblorosa de Laenor a mis espaldas, justo cuando estaba recibiendo mi arco.
Mire por sobre mi hombro como su mano intentaba acercarse a mi y rápidamente gire.
- No te atrevas a tocarme.- le clave la mirada más cargada de odio que alguna vez le hubiera dedicado a una persona.
Laenor frunció las cejas y su boca cayó en una expresión que reflejaba un profundo desconcierto y tristeza. Incapaz de reconocer a la mujer que estaba frente a él y que alguna vez crío.
Sus mejillas mojadas y sus labios ligeramente tembloroso demostraban lo mucho que mis palabras le habían dolido. Pero no era la única persona lastimada ahí.
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Ambrosía de Dragones
FanficMi nombre es Daenerys Velaryon, soy la segunda hija de Rhaenyra y Laenor. A llegado el momento de regresar a Kings Landing, y entre mis planes esta causar un alboroto en la capital, después de todo, no soy la misma niña que dejo el palacio hace 8 añ...