Empecé a vomitar, espero que al menos sirva de algo para dejar de inflarme de pus.
Volví a mi hogar, nada es igual, no estoy feliz, me siento como una desconocida en un lugar que conozco hasta con los ojos vendados.
Afortunadamente mi mejor amiga de los scouts sigue amándome, y me doy cuenta que estaba igual de emocionada que yo al verme. Tuve una buena plática con ella, ojalá hubiéramos podido pasar más tiempo juntas.
Como cereza del pastel, llegamos a mi casa y nuestro perro nos desconoció por completo.
Tiene rabia.
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Diario De Una Pendeja Triste Y Dramática
No FicciónHola estoy deprimida Odio la terapia Diviértanse viéndome perder la cordura con el paso del tiempo