21/Sep/2024 (Por favor no me vuelvas a ignorar)

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Hoy es el día de las flores amarillas.

Nunca me importó realmente, o no le prestaba atención.

Pero desde ayer, ví a mi director.
Estaba cansado, yo también estaba cansada.

Pero me gusta verlo siempre, me gusta estar con el, platicar de lo que sea. Me gusta interactuar con el, lo quiero mucho y me alegra el día.

Tengo muchas cosas que le quiero contar, tanto que hablo yo sola al vacío, fingiendo que es el.

Me preguntó —¿Cómo te va?— a lo que contesté —...Sobreviviendo.—
No supe qué decirle. "¿Bien?","¿Mal?","¿Normal?" ¿Le contaba mi biografía?

Pero solo se rió y repitió —Sobreviviendo... Está bien, a veces toca sobrevivir...—

Y le dije —Sip, estoy sobreviviendo muy bien.—
—¿Alguna novedad?—
Me quedé pensando por mucho tiempo, ¿Le contaba sobre Antonina? ¿Sobre la terapia musical a la que iba a apoyar? ¿Sobre la situación amorosa de la que quería desahogarme con el y ver qué opinaba? ¿Le preguntaba si creía que existía? ¿Qué le decía? Tengo tantas cosas que siempre le he querido decir, que no tenía punto hablar de nada en realidad. Sólo quería platicar con el, de lo que fuera.
Quiero darme a conocer.

Entonces dije —No, nada.—

—¿Nada? Ok.— y se fue.

Y mi vacío, de ser tan sólo hueco, se hizo profundo y negro.



Hoy en cambio, al bajar a dormir a la sala de maestros, lo ví con su sobrino.
El ama a su sobrino.
Su sobrino lo ama a el.

Quiero que me quiera como él lo quiere a él, quiero ser el.
Hasta me dieron ganas de conocer a su sobrino, y enamorarlo o mínimo llamar su atención con tal de que mi director me voltee a ver aunque sea.

Porque cuando lo saludé hoy, ni siquiera me volteó a ver.
No fuí importante.
Ni siquiera para un saludo de un segundo.
Para colmo, me enteré que le dió flores amarillas a todas las chicas de la orquesta. Yo ya no soy parte de la orquesta, entonces yo no recibí.
Así que en vez de dormir, me regresé triste al baño, a esconderme del mundo y sentirme mal.

Me lo estoy tomando personal.

Me siento deprimida.
Creo que estoy deprimida.
O bueno, las últimas 5 veces que escribí esto, me sentía mejor al día siguiente.

Hoy vomité, creo que estoy redescubriendo el secreto para hacerlo efectivo.
Quiero seguir vomitando, quiero matarme del hambre, cortarme, fumar cigarros y apagarlos en mis muñecas, alcoholizarme, enfermarme de calentura, desmayarme, perder peso, apuñalarme otra vez, hace un año fui demasiado feliz con mi pierna apuñalada, incluso me resbalé en el auditorio y mi director me atrapó, y se dió cuenta que estaba rara.
Quiero sentir el dolor físico, no poder mover mi pierna, dar pequeñas señales de mi inestabilidad.
Y que los que quieran preocuparse que me ayuden por favor.
No puedo pedir ayuda yo.

Prefiero morir en silencio y sorprenderlos a todos antes que ser descalificada por quienes quiero y necesito más cariño, sería aún más cruel.

El también está triste, me doy cuenta.
Tengo miedo de que se quiera matar.
No sé cómo decirle eso si ni un "¿Hola cómo estás?" Puedo hacer.

Estoy lastimada, estoy cortada, tratando de recoger y pegar las piezas de la persona cuya atención depende a mi humor.

Ojalá pudiéramos leer nuestras almas.
Ojalá le importara la mía.

Diario De Una Pendeja Triste Y Dramática Donde viven las historias. Descúbrelo ahora