CAPÍTULO 15

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Conocerme

Amelia


Salgo de la ducha y me envuelvo en mi toalla, me siento demasiado mal, este sentimiento es horrible y no me gusta, no me gusta para nada. Luiciano habla de la muerte como si fuese algo insignificante y bueno lo entiendo es su manera de pensar, pero tampoco voy a permitir que se esté prácticamente burlando en mi cara de la muerte de Jacob, él se merece respeto.

No tengo ganas de salir para ningún lado debería de guardarle luto a Jacob él se lo merece. Escojo un vestido negro largo hasta mi tobillos, manga larga, cuello tortuga, también un sombrero negro que tiene una malla tipo luto que me cubre la mitad de la cara me coloco una sandalias de color carne opto por no maquillarme, me aplico mis cremas y peino mi cabello castaño.

Ya lista, salgo a la sala y veo que no hay nadie, este hombre me estresa, ahorita y me deja plantada. Me siento en el mueble grande en forma de L y lo espero paciente.

Tengo mi cara hinchada por el llanto, pero no me importa, no es para menos.

-Si, esta bien -veo a la bestia de ojos grises saliendo del pasillo que da a su oficina.-Lo que tu digas -veo como sus ojos me examinan de arriba hacia abajo.-si, si te llamo después.

Corta la llamada y se me queda mirando con cara de horror.

-¿Pero qué carajos cargas puesto? -dice molesto.

-Cuando una persona que aprecias fallece, le guardas luto -le hago saber -y eso es...

-Absurdo.

-No, no es absurdo Luiciano -le digo

-¿Imbécil?.

-Tampoco y ya, comienza a respetar la memoria de mi mejor amigo.

-La memoria de tu "mejor amigo" me puede chupar la punta de la polla, así que ya deja de hacer y decir ridiculeces y cámbiate la mierda esa.

-No me voy a cambiar nada.

Se acerca a mí.

-¿Ah, no?

-No.-me paro del mueble dirigiéndome a la isla de mármol.

Me quiere intimidar lo sé, lo sé.

-Que lastima.

-Si, que lastima -digo, yendo a la sala de nuevo, el me sigue, siento que mi respiración se está tornando más pesada.

-¿Por qué respiras así?.-pregunta.

-No se de que hablas -digo mirado a todos lados, buscando una manera de alejarme de su aura, de su manera de intimidarme, rodeo el mueble y Luiciano hace lo mismo. -Y ya deja de hacer eso.

Me está acechando, igual que un cazador a su presa.

-¿Qué cosa? -pregunta haciéndose el desentendido.

-Eso, eso de seguirme, ya deja de hacerlo.-digo ya nerviosa, comienzo a retroceder poco a poco, no tengo escapatoria, no puedo huir.

Las comisuras de sus labios se medio alzan.

-¿Por qué? -pregunta.

Mi luz en la Penumbra      Donde viven las historias. Descúbrelo ahora