CAPÍTULO 41

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Señora Salvatore

Amelia

Termino de cepillarme mi cabello, me pongo unas medias por el frío. Oh Dios llovió toda la noche y esta mañana sigue la misma lluvia pero con fuertes truenos que hacen mi corazón retumbar. Odio cuando llueve así.

Dos toques a la puerta me sacan de mis pensamientos.

—Adelante —digo

Sorio cuando veo a la señora Fabiana envuelta en un vestido color crema con una gabardina de color caoba y sus tacones ni hablar. Esa señora se viste como una Diosa. Me sonríe con cariño y le devuelvo la sonrisa, en el fondo me siento un poco mal porque no hablo con ella desde el problema de papá… Sé que me quiso dar un apoyo pero yo con mi enojo no la deje y eso lo lamento mucho.

—Amelia querida —dice llegando a mí con intenciones de abrazarme. La recibo con cariño —¿Cómo estas preciosa? Espero que bien..

—Si, lo estoy Fabiana, sin mencionar que tengo algo insano en mis venas que según un solo parpadeo me matará…Mm diría que bien —sonrio —¿Lo sabias no?

—Para serte sincera, al principio no —frunzo el ceño. Ella toma asiento en unos de los cojines color blanco de mi habitación. Joder esta señora tiene elegancia hasta en la forma de sentarse —Después con el tiempo… bueno, obligue a mi esposo a que lo dijera, pero lo deduje rápido.. solo me costo ver tu iris para saber que algo ocultaban de ti.

Suspiro.

—A veces se me olvidan que son así.. —digo tomando asiento en la cama —¿Sabes? Ahora me es más difícil verme al espejo y saber que ellos no son así por naturaleza, si no por algo malo, algo que le puede hacer daño a muchas personas.

—No te aflijas por algo que no fue tu culpa portar. Entiende que el destino, la vida, el universo no sé quién, pero lo quisieron así.—jacta decisiva —Ahora lo que nos toca es buscar la manera de superarlo y luchar contra eso, no comenzar a quejarnos y lamentarnos ¿De acuerdo? —asiento —Sé que tienes miedo, lo entiendo pero recuerda que el miedo solo en un sentimiento que nos hace débil metal y físicamente y puede ser el causante de nuestra ruina. Tú no serás la causante de tu propia ruina… ¿O sí?.

Niego.

—No, jamás.

—Así me gusta —sonrio —Bueno, ahora dime.. tu y mi bebé chiquito ¿Cómo van?

Me comienzo a carcajear, Dios! Esta mujer tienen unas ocurrencias.

—Bien. —digo apenada

—Detalles. —-pregunta

—Bueno, ehh… —comienzo a recordar la noche anterior, Oh Dios no le voy a decir que su hijo utilizo mi chiquito eso ni muerta —Bien Fabiana, todo excelente.. claro que me moleste con el ya que no me había dicho nada y eso pero ya arreglamos las cosas… Solo que…

Me corto.

—Habla. —dice seria

—Necesito saber el porqué siempre ve a esa estúpida pelirroja aquí en la residencia. —suelto enojada.

—¿Francessca Barbosa? —asiento —Esa es la perra que se acotasba con mi bebe Esteban

—Si  ella —digo enojada —No comprendo porqué siempre está con ella aquí, se reúnen aquí y no en el Circulo y eso me pone… ahs eso me pone..

—¿Celosa? —niego —Te pone celosa.

—No creo que esa sea la palabr…

—Si lo es.

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⏰ Última actualización: 4 days ago ⏰

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