Capítulo 34🌙

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Roier.

Por más que pensé en ello no conseguí encontrar el regalo indicado, no servía de nada tener buenas sumas de dinero a mi disposición cuando no podía pensar en algo que Cellbit quisiera y no hubiese tenido ya.

Esa fue la razón de poder que me llevó a quedar atrapado bajo su cuerpo sobre nuestra cama, a minutos de haber marcado la media noche el reloj en nuestra habitación.

Incluso siendo Cellbit mi alfa, continuaba vendiéndome a mi mismo como un regalo de cumpleaños cualquiera.

Su mentón raspaba sobre la piel de mi cuello, mientras sus labios se apropiaban de todo lo que estuviese a su alcance. El no dormir juntos era una ventaja para él, no me tenía presionándole constantemente para rasurarse o moviendo su cabeza hacia un costado por que sus ronquidos no me permitían dormir en paz.

-Hazlo con cuidado - me quejé al sentirle recargar su cuerpo sobre el mío - ¡estoy hablándote infeliz! - insistí - acabo de parir hace unas semanas, si no pones de tu parte voy a lanzarte por la ventana.

Sabía que no era una buena idea dejarme tomar por él, no habiendo tenido a nuestros cachorros hace tan poco tiempo, pero no tenía un jodido regalo para mi alfa y sabía que él estaba amando lo que le había  ofrecido.

El doctor había dicho que debíamos abstenernos de tener intimidad por un tiempo prudente, al menos hasta que me hubiese recuperado correctamente, eso nos suponía al menos un mes y un poco más, pero aquí estábamos, cogiendo como conejos a un poco más de dos semanas de nacidos nuestros pequeños.

Un molesto dolor se extendió por mi cuerpo al sentir sus dientes hundiéndose sobre su marca, no solía ser tan doloroso o incómodo pero mi cuerpo aún continuaba demasiado sensible. Sentí sus labios hacer su camino por mi pecho, y quise abofetearlo muy fuerte al sentir su lengua pasear descaradamente sobre este, prendiendo sus labios con facilidad a uno de mis pezones.

Pasé uno de mis antebrazos por sobre mis ojos, intentando pasarlo por alto, después de todo era su jodido regalo de cumpleaños, si bien no era algo que alguien más debiese saber, siendo esto parte de nuestra intimidad. no dejaba de ser incómodo y vergonzoso sentirle sorber y succionar entusiasmado, como si fuese un cachorro lactante.

Enredé mis dedos en sus oscuros rizos dándome por vencido, ya estaba rompiendo mi mes de abstinencia, lo mínimo que podía hacer era disfrutarlo. Continuaba sin entender sus extraños gustos, pero el sólo hecho de tratarse de él ya bastaba para entusiasmarme lo suficiente.

Me sentía más que preparado para recibirle nuevamente, pero mi alfa no era el mejor notando mi entusiasmo a pesar de nuestro lazo.

-Cellbit  - balbucee tomándole su rostro entre mis manos, e intentando llamar su atención.

Sus ojos parecían brillar, manteniendo aquella tonalidad rojiza a la que estaba tan acostumbrado, haciéndome saber que había acertado totalmente eligiendo su regalo de cumpleaños. No quería mostrarme desesperado pero mi lobo no dejaba de mostrarse entregado, siendo totalmente mimoso en respuesta a sus atenciones.

Era algo curioso, considerando que solíamos rehuir de este tipo de actitudes.

Mi alfa parecía volverse más demandante con el pasar de los minutos, frotándose de manera cada vez más descarada, haciendo gala de su poco autocontrol. Sentí su rígida erección intentar abrirse paso sin demasiados preámbulos, y dejé escapar un suspiró complacido al sentirme lleno nuevamente, luego de conseguirlo.

Conseguí aferrarme con fuerza a su amplia espalda, sintiendo las pulsaciones de su hinchada erección profundamente hundida en mi interior, no sabía lo mucho que estaba necesitando estar con él otra vez, hasta sentirle ondear sus caderas rozando todos los lugares correctos.

"𝓢𝓲𝓰𝓶𝓪" (guapoduo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora