Capítulo 33

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Los cascos de bala caían a sus pies y pocas habían fallado al blanco. Tobías no perdía la mira del objetivo y continuaba practicando hasta quedar sin balas.

-Ten. -Vincent le ofreció una botella de agua y sobre su mesa otro cargador.

-¿Ya te enteraste del nuevo trabajo de Serguéi? -Vincent se mostró desinteresado, y simplemente negó con la cabeza.

-No, pero agradezco que esté ocupado.

-Le encargué la seguridad de Samuel. -La mirada confundida de Vincent lo decía todo y no se lo guardó.

-¿Realmente crees que hará un buen trabajo?

-¿No confías en él? -Cuestionó devolviendo la botella. La mueca de Vincent tras decir aquello lo confundía.

-No me refiero a eso... es que Serguéi puede ser un poco infantil, tú lo sabes. -Recargó su arma y se colocó las gafas para disparar nuevamente y Tobías hizo lo mismo.

-Los noto más distanciados estos días ¿volvieron a discutir? -El mayor negó distante, parecía que realmente intentaba esquivar el tema. -Sabes que puedes hablar conmigo, si Serguéi mete la pata no debes ayudarlo... debes informarmelo. -Tobías lo miró serio y volvió a colocarse la protección para disparar. Puntería perfecta.

-¿Sucede algo Tobías? -Esta vez Vincent parecía preocupado aquella frace lo había dejado pensando.

-No, solo te hago saber eso ya que... realmente parece que ocultan algo. -Tobías se limpió el sudor y con una mano detuvo las excusas que seguro soltaría.-Ya acabe aquí, será mejor que regresemos.

***

-No necesito refuerzos muchacho, puedo manejar esto. -Igor se impacientaba ante la terquedad de su nieto. -Cuando la hermandad crece tan rápido es difícil controlar a todos los que van ingresando, debemos descubrir quién es el chivo que facilitó la información para este golpe. en cuanto al grupito de delincuentes novatos, este fue su último manotazo de ahogado no volverán a salir a la superficie.

-Abuelo, deja que Markov se encargue... sabes que los Korsakov entienden mejor el terreno cuando se trata de negociar con mercadería. -Del otro lado Luka frotaba su rostro preocupado.

-Niño, he pasado por más que unos simples revoltosos, deja de preocuparte. -Lo reprendió como en infancia y Luka sin mucho más por discutir decidió despedirse con un simple pedido. "cuidate"

-Aggh estos muchachos, corren como gallinas sin cabeza al más mínimo problema. -Cortó el teléfono.

-No hables así, sabes que mi ángel se preocupa por nosotros. Defendió Lyla revolviendo la cena. -Entonces ¿Qué piensas hacer querido? -Le colocó la cuchara en la boca para que probara.

-Esta muy salado. -Se quejó.

-Calla, que tú no sabes de cocina. -Rió burlona. -Dime ¿qué harás?

-Sólo queda implementar las viejas usanzas. - La mujer lo miró y silbó continuando con su comida.

-Sólo que no sea aquí en la casa, las manchas de sangre son un asco para limpiar. -Pidió.

Esa noche Tobías llegó tarde, todos estaban cenando cuando apareció con ropa deportiva y agitado. Samuel supuso que había salido a correr, no se sentó el la mesa llevándose una reprimenda por la anciana, pero en su lugar se sirvió una vaso de agua y miró serio a Samuel, le indicó con la cabeza que saliera con él un minuto al pasillo.

-¿Sucede algo? -Preguntó siguiéndolo por detrás. Tobías comenzó a subir las escaleras y este continuó detrás.

-Espera.. pasa. -Pidió abriendo la puerta de la que era su habitación. La mansión del Pakhan era enorme, eso era obvio a simple vista, pero que Tobías tuviera toda una ala para el mismo le parecía una locura, era tan grande como el departamento que tenía alquilado hacía algunos días.

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