Capítulo 35

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Entrada la noche Tobías llamó a Vincent a su despacho para informarlo. Saldría con Serguéi a atender unos asuntos y él quedaba a cargo de Samuel.

-¿Porque no puedo ir? -Preguntó- Si estará aquí en la mansión está más que seguro y no tendría que quedarme sin hacer nada. -Tobías lo miró y luego a Serguéi. Vincent frunció el ceño y también miró al otro que levantó las manos como si lo hubiera apuntado con un arma.

-Porque no es necesario. Además, se que no están en buenos términos así que hasta que no lo solucionen no iré a ningún lado con los dos como escolta. -Vincent se tocó el cabello frustrado se sorprendió del largo y solo asintió con la cabeza.

-Esta bien

-¿Ya me dirás que sucede entre los dos? -Tobías cargó su arma y la guardó en su cintura.

-Llama si sucede algo. -Pidió Vincent saliendo del despacho cruzando una mirada con Serguéi.

Este negó con la cabeza ante la atenta mirada de Tobías.

-A mi ni me mires. - Dijo negándose a ser el que hablara.

-No se que pasó, pero estoy seguro que fue tu culpa. Deja a Vincent en paz Serguéi o un día tendré que dejar que te golpeé. - Tobías tomó su chamarra north face negra y un pasamontañas. -Iré en la moto, tú toma el auto.. el Nissan. -Aclaró y el mayor sonrió frotándose la manos.

-Vamos. -Dijo tomando la llave.

Después de visitar unos contactos de Serguéi, pudieron dar con la información de que el contacto que pasaba información de La Bratva se reuniría con algunos hombres de la Organización polaca en la noche. Tobías planeaba descubrir al informante y tomar cartas en el asunto junto al viejo, sólo ir y hacer de detective, pero descubrió que la tarea sería más difícil cuando llegaron al punto que le habían dicho. Se trataba de un encuentro de carrera clandestina.

El lugar estaba repleto de autos y las personas bebían y grababan con sus teléfonos a los autos haciendo sus trucos

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El lugar estaba repleto de autos y las personas bebían y grababan con sus teléfonos a los autos haciendo sus trucos. Estacionó junto a Serguéi y le golpeó la ventanilla para que bajara el vidrio.

-Será mejor que te cubras el rostro, hay muchas cámaras. -Recomendó, y Serguéi sacó de la guantera/ tablero una gorra.

-¿Y tú? -Me dejaré el pasamontañas del casco. -Mi contacto dijo que estaría aquí para mostrarme quienes son los tipos malos.

-Ten cuidado, me mantendré de este lado, llámame cuando sepas algo. -Las cosas habían cambiado ante un escenario tan público, de esta forma era más difícil identificar a los sujetos, pero aún no quería dar por perdido el trabajo.

El ambiente se volvió más difícil cuando las personas comenzaron a acercarse a la moto de Tobías elogiandola o preguntando cómo había logrado comprar tal máquina. Pasar desapercibidos fue un fracaso, pues al auto también lo rodeaba un gran número de personas pidiendo permiso para sacarse una foto, o le preguntaban a Serguéi si podía llevarlos a dar una vuelta.

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