Capítulo 38

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Tres camionetas Cadillac escalade negras manejaban a toda velocidad por la ciudad rebasando autos por la carretera, muchas personas pensaron que una celebridad se movía en ellos, pero la realidad era otra. Tomando por sorpresa a un taxista, las tres camionetas lo encerraron en su carril aminorando su marcha, aunque este tocó bocinazos indignado por los peligrosos conductores no hubo cambio y obligado tuvo que descender velocidad hasta estacionarse a un costado.

-Malditos dementes. -Se quejó quitando su cinturón de seguridad para bajar a discutir cuando su pasajero bajó corriendo sin pagarle. Las camionetas retomaron la marcha detrás del sujeto y el taxista sólo le quedó llamar a la policía para reportar el extraño suceso. Estaba estacionado mirando en la dirección donde se habían marchado cuando recordó la maleta que había guardado en el maletero, revisó el portaequipajes y en efecto allí estaba. Un sujeto que huía a pie con tres camionetas de alta gama detrás de él debía estar en serios problemas pensó. El hombre mordió sus labios debatiendo si debía revisar su bolso... miró a su alrededor si había alguien atento a él, todo el mundo parecía estar en sus cosas, los autos marchaban, las personas caminaban a sus destinos con sus ojos metidos en la pantalla de sus celulares. Sin poder contenerse otro rato abrió el cierre del equipaje encontrándose una gran cantidad de dinero en la superficie. Contuvo la respiración al estimar la cantidad que abría allí. El destino dd ese hombre era el aeropuerto, cerró rápido su vehículo y se montó largandose de allí sin llamar a la policía.

***

Igor volcó las cenizas de su pipa y se quejó por estar de pie cuando vió a lo lejos por el camino de tierra las tres camionetas aproximarse.

-Deja a los mayores los asientos. -Pidió a Tobías robando el único tronco de un árbol talado. Se encontraban muy lejos de la ciudad, a más de tres horas en carretera en una finca que Tobías buscaba adquirir.

-¿Piensas hacer Dacha? ¿Qué estás pensando al comprar este lugar muchacho? -Se quejó el anciano como si se tratara de una mala inversión. Dacha era la casa de verano, los rusos relacionaban esa palabra con el trabajo de campo, el cultivo o manejar diligentemente un huerto.

-Claro ¿Por qué no? -Bromeó codeando a Serguéi. -Por aquí plantaré calabazas y sandias. -Señaló una zona como si lo hubiera meditado.

.A mi me gusta el higo, pon una planta para cosechar. -Recomendó siguiendo la corriente.

-Imbeciles. -Insultó riendo por las ocurrencias. - Y unas gallinas también. -Ironizó

Las camionetas bajaron la velocidad al llegar bajo la arbolada donde esperaban ellos. Mika, el reciente reemplazo de Ilya como mano derecha de Igor bajó de la primera camioneta y de las otras dos comenzaron a bajar los muchachos de Petrov como de Grenyoi. A los empujones y con los ojos vendados bajaron a un muchacho... Tobías no lo reconocía, nunca lo había visto, por lo que miró a Serguéi consultando si era el correcto, este frunció el ceño, pero cuando descubrieron su rostro asintió a Tobías asegurando que era el tipo correcto, entonces Tobías si vió un parentesco con el de la foto, aunque parecía que había retocado su cabello y afeitado sus cejas.

Al ver a los altos mandos el muchacho palideció.

-ES UN ERROR. -Gritó y Mika golpeó su nuca haciéndolo caer de rodillas. Los ojos de este traidor estaban clavados en el anciano, lleno de miedo y pavor rogaba a su Pakhan que no lo mata, que había sido un error. Un fuerte bastonazo en la cara lo dejó tirado, la sangre comenzó a brotar de su boca y la tierra donde cayó se mezcló ensuciando la herida.

-Yo... no sabía...- Intentó explicar mareado por el fuerte golpe. -Lo juro... no sabía.

-¿Cómo te pones en contacto con esta gente? -Serguéi comenzó a doblar la manga de su camisa acercándose al muchacho.

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