Capítulo 13

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Gotitas de carnaval, así se sentía aquella llovizna tenue que golpeaba la ventana de su habitación. La luz del día se las arreglaba para entrar, aunque las nubes de tormenta cubrieran el sol y aunque las cortinas de roble oscuro trataran de mantener la privacidad dentro les era imposible, porque la luz se las arreglaba y se escabullía iluminando los cuerpos que danzaban en la habitación.

En cierta forma Nikolái lo agradecía, porque en ese momento se deleitaba con la expresión de completo placer que se reflejaba en el rostro de Vladímir, la forma en que mantenía su labio inferior atrapado en sus dientes, tratando de no dejar escapar los sonidos de placer, el azul de sus ojos que lo miraban intensamente mientras que los mechones de su cabello caían de su frente y se mecían al igual que todo el cuerpo que tenía sobre él.

Sus frentes se unieron mientras Vladímir esperaba que la reciente unión de sus cuerpos no lastimara a Nikolái. Comenzó a repartir besos por todo su rostro mientras mantenía su mano derecha fuertemente sujetada a la cadera para impedir que Niko se moviera antes de tiempo, besó su cuello succionando y luego mordiendo aumentando los suspiros de ambos.

-Por favor.-Susurró en ruegos, mientras movía sus caderas como el brazo de Vlad apenas le permitía.

La humedad de la boca de Vlad saboreando su piel y cada parte de su cuerpo lo llevaba al delirio, sentir la fuerza del brazo aflojar y como sus cuerpos comenzaban un vaivén buscando estar cada vez más dentro del otro, el cuerpo de Vlad embestía con fuerza dando en el lugar exacto que ponía a Nikolái a gemir su nombre en súplica mientras sus manos envolvían su cuerpo y sus dedos se clavaban en la fuerte espalda dejando marcas.

-Der'mo. [Mierda]- Susurró. Con la urgencia de ver las caderas de Nikolái se retiró sentándose en la cama.- Pridi ko mne. [Ven aquí.]- ordenó y vio la lujuria en los ojos de Niko más que complacido por obedecer, sin perder tiempo Nikolái se sentó a horcajadas y dejó a la vista como se introducía lentamente el miembro. Para Vladimir tenía que ser un sueño hecho realidad. Tomó las piernas recorriéndolas con sus manos hambrientas hasta llegar a sus nalgas y abrirlas provocando que Nikolái soltara un gemido de sorpresa y dolor, rápidamente lo besó devorándolo y mordiendo el labio inferior el cual Niko aceptó gustoso comenzando a moverse mientras se sostenía fuerte de los hombros musculosos de Vlad.

Vladímir fue paciente unos segundos hasta que ya no pudo resistir mucho el ritmo lento y tortuoso que Nikolái le marcaba, como si de un animal se tratara, Vlad se dejó controlar como poseso de su necesidad y tomó el control nuevamente, fuerte, rápido, se sentía cada vez más cerca, con cada envestida, con cada gemido que ya no sabía si eran del amor de su vida o de él. Al final la sensación de éxtasis los abrumó llenándolos por completo; Satisfacción, plenitud, así se sentía llegar al orgasmo con la persona que quieres y ambos lo estaban experimentando nuevamente.

Agotado, así se sentía Nikolái después de la tercera ronda de la noche, o madrugada ya no tenía noción del tiempo, pero eso no importaba porque ambos se debían eso, como pareja...

Tener al cuidado a los gemelos había dejado la fogosa relación en pausa y ya casi no era lo mismo. Para un chico de diecisiete años en una relación, pasar dos meses sin un rose con su pareja era preocupante y hasta desesperante por lo que terminó aceptando que necesitaban ayuda y que no podrían solos, debían confiarles los bebés a una persona que tuviera el tiempo y la sabiduría, no podían seguir molestando a sus colegas.

-¿Deberíamos volver?- Preguntó Vladímir mientras sus dedos viajaban a lo largo de la espalda de Niko dando suaves caricias.

- Deberíamos.- Asintió Niko demasiado cómodo en el pecho de Vlad como para levantarse. Pensó en Dana, de seguro estaría bien y podría arreglarse, pero prometieron llegar al almuerzo y al paso que iban no llegarían. - Y también deberíamos bañarnos si queremos llegar.

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