Capítulo 6

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Habían pasado 3 meses desde la llegada a Rusia y desgraciadamente no hubo muchos avances, sin mencionar que las cosas no marchaban a lo planeado.

El mal humor de Giovanni crecía a cada mal paso que se daba, y todo ése mal humor se convertía en odio y más rencor dirigido a Grenyoi.

Cada plan, cada estrategia era pensada y quinientas veces repasada para evitar cualquier fallo. Pero no importaba lo que hicieran, en los tres meses que llevaban en Rusia no pudieron lograr nada. Ni siquiera infiltrar a uno de sus hombres.

Era bastante claro que la situación los tenía en desventaja. Grenyoi estaba listo y más que preparado para recibir un ataque de quien fuera, por esa misma razón no permitían que desconocidos se unieran o que simplemente divagen en el tema.

Giovanni recordó al primer hombre que perdieron.... Habían seguido a uno de los hombres de Grenyoi hasta un bar situado en lo bajo de Moscú donde las calles eran el negocio de ellos y todos le pretendían respeto. En pocas palabras aquella zona donde estaba el bar era claramente su territorio, su casa. Giovanni envío a uno de sus hombres al bar y diera inicio al primer paso para ejecutar su venganza. Le ordenó que persuadiera aquél hombre para infiltrarse.

Apenas entró al bar el ambiente se tornó tenso bajo la presencia de un desconocido, pero no por eso aquel hombre de Giovanni se iba a dejar intimidar. Tomó asiento en la barra junto al enemigo y pidió de tomar.

Era de esperar que alguien se acercara a exigir saber quien era y allí había comenzado con la mentira que tanto había estudiado para lograr entrar. Mantuvo una conversación con aquel sujeto y cuando entró en confianza le insinuó estar en problemas económicos, hizo entender estar desesperado por cualquier entrada de dinero y que estaba dispuesto a cualquier chamba. Esperaba que eso fuera suficiente para que el hombre de Grenyoi le hablara sobre trabajar aquí o allá en algo simple como seguridad en algún bar de este, vender drogas tal vez. Cualquier cosa que diera una simple tarea y que lo fuera integrando mínimamente. Pero nada de eso se presentó sino todo lo contrario y que el sujeto comenzó a sospechar de sus intenciones por lo que negó saber como ayudarlo, fingió no saber nada y ser un ciudadano común.
Pero la cuestión no quedo sanjada allí, cuando el muchacho pagó la cuenta y se retiró del bar éste le siguió el paso hasta matarlo en un callejón desolado de aquel barrio. Un tiro certero en la espalda terminó con la vida de aquel muchacho.

Frustración, ira. Palabras que describían a la perfección el estado de Giovanni en estos momentos, pero una cosa era segura y es que él no se rendiría, no importaba el haber perdido uno de sus hombres, no importaba que el resto de ellos estuvieran bajando los brazos vencidos, nada de eso importaba porque él estaba lejos de dejar las cosas así no señor. Esto acabaría cuando el último maldito Grenyoi estuviera muerto.

Pasó sus manos por su rostro frustrado y cansado, salió de su habitación buscando un poco de paz y tratando de olvidar por un momento todo el desorden de papeles he información acerca de los hombres de Grenyoi, de sus últimos negocios, últimos viajes cuentas bancarias, registros de llamadas de sus celulares y tarjetas de credito. Información que le valía madre si no podía acercarse al maldito hijo de puta.

En la sala de estar se encontraba Ashton limpiando una de sus armas, terminó de armar las partes de una dejandola lista para usar y se quitó el cigarrillo de la boca.

-Tus hombres se fueron.- Dio aviso demostrando indiferencia de la gravedad.

Los ojos de Giovanni se agrandaron en sorpresa y no sabía de que se sorprendía si últimamente las peleas y desacuerdos sólo venían advirtiéndo, aún así el hecho en si no perdía importancia.

-¡¿Qué?! ¿Y porque rayos me lo dices ahora?- Gritó enfurecido. Tomó su chaqueta mientras insultaba a todo aquello que viniera a su mente.

-¿Adónde crees que vas?- La tranquilidad y despreocupación que reflejaba Ashton lo tenía confundido. Giovanni le dio una mirada incredula por semejante, a su parecer, pregunta estúpida.

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