Capítulo 30 primera parte

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El mal humor de Tobías podían palparse en el aire, se sentía tan pesado y brumoso que Serguéi necesitaba  imperiosamente hacer algún chiste para cambiar los ánimos.

Además, Vincent parecía igual de molesto con él por haber encubierto a Tobías en su escapada. Se acercó a la ventana y encendió un cigarro, el día se encontraba completamente gris y él prefería salir por unas cervezas antes que continuar allí encerrado en silencio con dos personas amargadas de la vida.

-Dame uno. -Pidió Tobías cansado. 

-¿No ibas a dejar de fumar? -Preguntó Vincent sin levantar su vista de los papeles que revisaba en el sofá. 

-Acabo de pedir uno, eso significa que ya no lo dejo. -Giró los ojos molesto y le extendió la mano a Serguéi. -Necesito uno. -Se explicó frotando su cara cansado y Serguéi sacó uno de su cajetilla encendiendolo antes de ofrecerlo. 

-¿Pasó algo en la reunión? -Se animó  preguntar fingiendo desinterés mirando por la ventana las pequeñas gotas que caían. Un suspiro largo lo confirmaba. Esa noche Tobías había regresado hecho una furia, era un chico inteligente y raramente se lo veía demostrar su enojo, con los años Serguéi lo vio pasar de un mocoso callado a convertirse en asesino la noche que destronó a Ivan Grenyoi, en la actualidad Tobías era el heredero de un negocio que se reconstría y que era constantemente bombardeado por otras bandas que buscaban frenar su crecimiento, pero Serguéi se había prometido estar presente y ser parte de la nueva Bratva, apoyaba a Tobías y le servía fielmente, pero entendía que él necesitaba algo más, necesitaba en quien apoyarse, un aliado fuerte. 

Luego de la terrible traición que sufrió a manos de aquella chica, Tobías se había cerrado completamente y era receloso de las personas que se le acercaban. Serguéi sabía que las expectativas del chico eran a futuro, pero ser degollado en su propia casa por la persona de confianza había sido un golpe fuerte.  Algo en él cambió.

-La reunión fue bien. Escuché lo que quería. -Exhaló el humo cerrando los ojos al tiempo que se recargaba en la silla.

-¿Entonces? 

Tobías miró a Vincent esperando que esclareciera su pregunta.

-¿Qué escuchaste? ¿Los Árabes no le están vendiendo armamento a los Polacos?

-Esperan mantener buena relación con nosotros a futuro, por lo que no están manteniendo negociaciones con ellos. Al parecer están más interesados en llegar a Igor por medio de el Opekun. Quieren entablar negocios con nosotros. -Vincent levantó la mirada de sus papeles y se frotó el cuello y la nuca cansado, pero más tranquilo de conocer la situación. 

-¿Y fue realmente necesario dejarnos fuera? -Tobías se quedó callado unos segundos, terminó su cigarro y lo aplastó en el cenicero antes de tirarlo en el basurero. 

-No realmente, sólo quería conocer a ese chico. -Se encogió de hombros restando importancia, pero Vincent miró a Serguéi, como pareja consolidada de años parecían mantener una conversación telepática. 

¿Quién? ¿Qué chico? ¿Tú sabes algo? Eran algunas preguntas que Vincent gritaba en ese momento. Un guiño de ojo de su parte parecía molestarle, pero era un claro luego te cuento. 

 Vincent apuntó las puertas con su cabeza para que lo siguiera, pero este sólo se hizo el tonto pasando de él. 

-Pero al parecer me he portado mal con el pobre. -Susurró sin muchas ganas de aceptar aquellas palabras. 

-¿Qué? -Vincent volvió su atención a Tobías y este negó sonriendo mientras que con su mano acariciaba su mentón y labios. Sin muchas explicaciones, Tobías se marchó insistiendo en que sólo iría por un café con su hermano y que no debían seguirlo, para más tranquilidad de Vincent había cogido un auto en el que podían rastrearlo. 

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