Serguéi llevó su mano a la cintura donde guardaba el arma y desde la distancia miró al sujeto que traía un gorro en la cabeza cubriéndolo hasta que el brillo de la pantalla del celular le iluminó el rostro y se dio cuenta que era Vincent. Frunció el ceño dejando el arma y se acercó.
-¿Qué haces aquí? -Preguntó guardando las manos en los bolsillos y haciendo un bollo del paquete de cigarrillos vacío. La seriedad del otro lo ponía aun más molesto, no necesitaba escuchar lo que ya sabía, prefería que se guardara los sermones.
-Vine aquí para ver con mis ojos la idiotez que haces. -Guardó su celular y se cruzó de brazos nuevamente reprendiendolo como a un niño con la mirada.
Serguéi miró en varias direcciones buscando el auto de Vincent o en lo que fuera que lo trajo hasta aquí, pero no había nada, rodeó al otro ignorándolo y subió al auto. La puerta de acompañante se abrió y Vincent se subió quitándose el gorro tirándolo encima del tablero. Serguéi lo miró sorprendido. Hacía muchos años que no veía la cabeza rapada a cero de su compañero, lo vio pasar su mano por la pelada como solía hacer para acomodar el cabello aplastado por las gorras que acostumbraba a usar y soltó una pequeña risa, casi como un suspiro, aquello provocó que Vincent lo mirara y al darse cuenta de lo que había hecho también sonrió.
- Había olvidado lo apuesto que te veías con corte militar. -Aduló y encendió el auto bajo la atenta mirada del otro que solo negó con la cabeza dejándolo pasar.
-Vamos, deja que te ayude. -Pidió luego de un rato en silencio, Serguéi manejaba despacio, realmente parecía no querer enfrentar a Tobías.
-¿Qué? -dobló en dirección contraria a la mansión y Vincent frunció el ceño.
-Dime quien es, o porque lo ayudas. -Pidió tratando de entender.
Serguéi se quedó callado, no podía decir que era un mocoso cualquiera, Vincent se pondría como loco.
-Es un contacto... le he pagado varias veces por pequeñas cosas... esta ha sido otra de esas pequeñas tareas, solo que ... lo descubrieron.
-Y por eso. -Vincent miró a otra dirección tratando de mantener la calma.
-Ya lo sé Vincent, lo tengo muy claro. -Estacionó el auto y se volteó a verlo. -Realmente se que estoy tomando un gran riesgo, pero ya lo hice, solo me queda esperar que ese mocoso no sea un idiota con ganas de morir, lo deje en el departamento y si sale tengo hombres que me lo informaran.... Esto me pone de los nervios. -Susurró bajando del auto.
-¿Adonde vas? -Gritó Vincent y el otro cerró con fuerza la puerta de conductor.
Se metió en la tienda y salió luego de unos minutos encendiendo un cigarro, Vincent lo vio levantar la cabeza satisfecho por la calada y expulsar el humo lentamente. Bajó también al ver que se quedó fuera de la tienda.
-Ya lo termino. -Informó Serguéi. -Se que te molesta el humo, espera en el auto. -Vincent lo ignoró y se puso a su lado.
-No es por Tobías, es porque no quiero que te metas en problemas... las cosas están muy tensas con el viejo. -Vincent recordó las palabras de Tobías durante la práctica "Si Serguéi mete la pata no debes ayudarlo, debes informarmelo"
La mirada incrédula del otro le causó gracia y lo empujó con el hombro.
-Lo digo en verdad, vine para tratar de entender que haces... y evitar que te metas en un lío. -Serguéi tiró la colilla y exhaló el humo.
-Lo tengo cubierto, pero... gracias. -El silencio los envolvió y Serguéi le indicó con la cabeza el auto. -Vamos.
Vincent se sentía más tranquilo luego de hablar, no le había dicho que estaba forzando a Tobías a defender su vida contra el viejo si este se enteraba de los hechos, pero sabía que lo tenía bien presente, no necesitaba recordárselo. -Sonrió cómodo nuevamente, después de varios día por fín había quedado atrás toda la tensión que el idiota ponía entre ellos, al fin podrían trabajar como en el pasado.
-¿Por qué tan sonriente? -Preguntó extrañado poniéndose en marcha.
-Nada, sólo me da gusto que nos entendamos nuevamente.-La mirada del otro no entendía. -Me refiero a que volvamos a trabajar como antes. -Serguéi se molestó y volvió a frenar a un costado del camino. La ruta estaba desolada ya que era el camino a la mansión y ningún coche pasaba por allí.
-¿Crees que con voy a fingir contigo? -Vincent se giró borrando la sonrisa tonta, fue incrédulo y lo notó.
-Serguéi, ya olvidalo. -Pidió serio.- Fue una tontería, estaba borracho.
-No, no. -Tomó la mano de Vincent y la puso sobre su entrepierna. -No hay excusas que entienda. -Presionó con fuerza y los ojos en grande de Vincent no daban crédito al bulto que comenzaba a tomar.
-¿Quieres morir? -Preguntó sacando su mano.
-¿Otra vez con eso? ¡¡VAMOS!! sí, está bien puedes matarme si se te da el gusto, pero yo no voy a dejar el tema cariño.
-No me llames así.- Apretó sus dientes molesto. Serguéi se acercó aún más y lo desafió con la mirada. Estaba muy cerca de su rostro que sentía la exhalación del otro chocar.
-Cariño. -Susurró casi en sus labios y Vincent lo tomó del cuello con una mano apretando con fuerza su garganta, estaba molesto y muy agitado. -¿Vas a matarme? ¿porque te llame cariño? -La voz de Serguéi sonaba lastimada, estaba usando mucha fuerza. -¿Prefieres bebé? -Preguntó acariciando el brazo que lo mantenía alejado. Los ojos del otro parecían muy molestos, realmente lo había cabreado. - ¿Bebé te gusta? -Preguntó tocando los pantalones de Vincent.
Este fue consciente de la dureza de su miembro y cuando la mano del otro también la notó mordió sus labios conteniendo el gemido, la piel se le erizó y no fue consciente cuando aflojó el agarre en el otro.
Un error, bajó la guardia y Serguéi lo aprovechó. Se zafó y lo tomó del cuello atrayéndolo con fuerza. Vincent cerró los ojos al sentir el bruto beso del otro, sentía la fuerza con la que lo buscaba, como atrapaba sus labios saboreando el momento y dejándose llevar. Su mano lo atrapaba con fuerza del cuello y la otra se metió bajo su pantalón tomando su miembro. Sintió el sabor de la sangre cuando mordió el labio de Serguéi, pero eso no lo detuvo. El beso subía cada vez más, con más voracidad... más necesidad, su mano también aceleraba el vaivén provocando que gimiera en la boca del otro.
-Detente. -Pidió tratando de detener el movimiento, se sentía a punto de acabar. Corrió su cara para evitar que continuara el beso, pero su cuello fue víctima de la boca del otro y descubrió la sensibilidad de esa zona cuando sintió un mayor placer. -Dete..detente. -Mordió su boca guardando los ruidos de gozo y cubrió su rostro con el brazo cuando ya no pudo contenerse y liberó toda la tensión de su cuerpo. Acababa de venirse con la mano de otro hombre.
Su pecho subía y bajaba por la respiración agitada tratando de recuperarse. Sintió el cuerpo del otro retroceder, pero no podía mirar, prefirió dejar su brazo sobre sus ojos otro rato hasta que sintió como frotaban parte de su abdomen, entonces miró curioso al otro limpiar donde había restos de su semen.
-Yo puedo. -Dijo enderezando el asiento y abrochando sus pantalones. Le arrebató el pañuelo y limpió su ropa.
-Sí que pudiste. -Le respondió burlón acariciando la cabeza del otro.
-Deja eso. -Pidió furioso golpeando la mano para que no le acariciara. - Maldito enfermo, esta es la ultima vez. -Amenazó tirándole el pañuelo y acomodando su ropa.
-No, no lo es. -Dijo con una sonrisa desafiante y lamió su labio herido bajo la atenta mirada del otro. -Vas a tener que matarme si tanto te desagrada. -Volvió a mirar al frente para retomar el camino, pero la mano del otro lo detuvo.
-¿No me crees capaz? -Vincent estaba serio. -Detente ¿o me dirás que te enamoraste de mí? -La risa del otro lo molestaba ún más.
-JAJAJA. -Secó una lágrima y lo miró divertido. -No me voy a detener porque disfruto mucho de tu resistencia, por lo que deberás lidiar con eso. -Intentó acariciar la barbilla del otro, pero se apartó.
-Puedo lidiar contigo, pero en su lugar trabaja correctamente. -Serguéi lo miró, Vincent había tomado una decisión y él la sabría pronto.
Mica-Fuera.
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HERMANDAD
Teen FictionEl final de la historia está llegando y se espera encontrar la paz para todos los miembros de La Bratva más poderosa. ¿Hasta donde están dispuestos a llegar estos personajes por una probada de la dulce venganza? La línea que divide el odio del a...