Un paso.
Dos pasos.
Quince pasos.
Treinta pasos.
Ciento cuarenta y siete pasos.
Ciento cuarenta y ocho pasos después por fin se detuvo frente a una puerta.
Lan XiChen se aseguró de colocar una de sus sonrisas tranquilizadoras y con una mano abrió la puerta corrediza mientras que con la otra sostenía una bandeja de medicina.
Tratando de lucir fuerte y confiable Lan XiChen se acercó a la cama en donde una figura yacía boca abajo. Con cuidado dejó las vendas y medicina a un lado, luego descubrió la espalda del contrario.
Tres grandes cortes atravesaban su carne, uno por cada reverencia hecha.
—WangJi...
Reprimió un suspiro y en cambio se concentró en limpiar las heridas.
—La comitiva Jiang acaba de irse —comenzó su charla en lo que iba colocando medicina en la carne para distraerlo del ardor— el joven Wei prometió volver de inmediato en cuanto todo se solucione —comenzó a colocar el nuevo vendaje— apuesto a que no tardará —tarareó.
—Mm...
El silencio se instaló luego de esa respuesta. Sin embrago Lan XiChen estaba acostumbrado a la poca expresividad de su hermano por lo que siguió con su trabajo cómodamente.
—Ya está —cuando terminó volvió a colocarle su túnica sobre su espalda— ¿Quieres comer un poco? —al recibir un asentimiento lo ayudó a sentarse con cuidado y le pasó unas gachas de arroz.
Al verlo comer reprimió otro suspiro.
¡Ah, que difícil era!
Por primera vez en su vida, no sabía cómo hablar con su hermano. Siempre habían sido solo ellos dos, bueno, ellos dos y sus tío quién los había criado. Aún así, todavía le costaba asimilar que su hermanito de ser un niño sin interés en nadie en particular pasó —en cuestión de meses o menos—, a enamorarse y casarse.
Es decir, lo apoyaba, por supuesto, lo hacía. Sin embrago... ¡WangJi aún era demasiado joven!
¿El joven Wei era consciente de su forma de comunicarse?
¿El joven Wei lo entendía?
¿Sabía sus costumbres?
¿Qué tanto logró conocerlo?
¿Realmente estaba bien dejarlo ir así como así?
Yunmeng estaba muy lejos.
En Yunmeng había calor todos los días del año o eso decían.
¡En Yunmeng vivían rodeados de agua!
WangJi a veces tendía a ser caprichoso.
WangJi odiaba los pimientos.
¡¿Y si su hermanito solo había sido una aventura para Wei WuXian?!
—Hermano...
—Ah, no es nada WangJi —negó al ver la preocupación en su rostro.
A veces se le olvidaba que así como él conocía a WangJi, WangJi lo conocía a él.
Bueno, perdónenlo por romper algunas reglas en su forma de pensar, pero a parte de ser líder también era un hermano mayor, un hermano mayor muy preocupado.
—¿Terminaste? —preguntó al ver el cuenco vacío en sus manos.
—Mh —asintió.
Lan XiChen recibió la bandeja y la colocó a un lado, luego regresó y se sentó frente a frente.
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¡Seré un villano! -Xicheng-
RandomEn su primera vida fue una marioneta, lo usaron y cuando ya no fue útil, lo desecharon y abandonaron para ser condenado a la horca. A punto de morir pidió una segunda oportunidad, la cuál se le fue dada: Regresó en el tiempo. Pero aunque trató de ha...