¿Lan XiChen es masoquista?

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Jiang Cheng estaba molesto, con él y con todos. Es más, estaba tan molesto que tenía la certeza de que si no se calmaba, en los próximos minutos tomaría la cinta que tenía su túnica, se ahorcaría con ella y mandaría a la mierda todo.

(Bueno, en realidad él siempre estaba molesto. Siempre iba por la vida con un ceño fruncido y un insulto en la punta de la lengua

¡Pero eso no tenía nada de malo! Era parte de su encanto natural. El problema era que, esta vez, lo estaba aún más).

¿Por qué?

¡Porque se veía horrible!

Era la quinta vez que se veía en el espejo y aún seguía inconforme por su apariencia.

Si se veía detenidamente se veía muy parecido a cierto enano anémico de amarillo cuya presencia en cualquier momento se llevaría el viento de lo delgado que estaba.

¡Y qué horror!

¿Qué cosa puede ser peor que parecerse a su peor enemigo?

Negando con la cabeza iba de un lado a otro en su habitación.

Sin embargo a vista de los sirvientes que habían por ahí, solo era un jovencito nervioso por recibir a su futuro esposo. Y no podían estar más equivocados pero tampoco los iba a corregir.

—Amo, ya ha llegado la caravana Nie, debe dirigirse a la entrada para recibirlos —Tao apareció en la entrada de su habitación y entró hasta llegar a él.

—¿Ya?

¿Tan rápido?

—Lleva viéndose en el espejo más de una hora, por supuesto que no notaría el paso del tiempo —respondió rodando los ojos.

Y Jiang Cheng se indignó, ¡porque vamos! ¿¡De dónde aprendió esos malos modales!?

—¡No me ruedes los ojos!

—No lo hago, y no cambie el tema, lo están esperando.

—¡Pues que esperen!

—Amo...

—Tch, ya que, andando.

Dándose un último vistazo en el espejo tomó una profunda respiración y salió seguido de Tao y sus demás sirvientes.

—Es una gran dote —inició Tao— ¿Sabía que el líder vino acompañado de su hermano? Creí que se parecerían pero no, tan raro —murmuró.

—Es porque es hijo de una concubina, son medios hermanos —explicó.

—Oh, con razón son tan distintos.

—Espera —se detuvo y volteó a verlo— ¿Ya los viste?

—Sí —asintió—, estaban bajando del carruaje cuando vine por usted.

—Ya veo.

Y así volvieron a retomar el paso y salieron de su muelle en dirección al lugar de recibimiento.


[...]



En la entrada de la secta, luego de ser informado de la llegada del clan Nie, Wei WuXian llegó para recibir a su —indeseado— futuro cuñado, y a su amigo HuaiSang al verlos bajar del carruaje.

Cuando llegaron frente a él, se saludaron con una reverencia  mientras que los sirvientes Nie comenzaban a ingresar la dote bajo la supervisión de Ze Yun (la nana de su hermano y actual administradora de la secta). En lo que esperaban a su hermano.

¡Seré un villano! -Xicheng-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora