El libro de la vida.

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El día había llegado.

¡El día había llegado!

La espera llegó a su fin.

Jiang Cheng dió una vuelta sobre sí mismo al terminar de vestirse para observarse.

Había escogido un vestido de su difunta madre (uno de los pocos que su nana conservó a escondidas de Jiang FengMian) el cuál tenía un corte que dejaba al descubierto sus blanquecinas clavículas y con unas pocas modificaciones, lo hacían lucir espectacular.

Tener algunas capas traslúcidas ayudaban a qué su apariencia fuera agradable y sus movimientos al estar acompañados del pequeño tintineo juguetón de las joyas en su cabello, el cuál estaba peinado en media cola, sólo lo hacía parecer más etéreo.

Y su velo gris le añadía un toque de misterio. Además de que enmarcaba sus ojos.

O quizá solo era su ego hablado.

Nah, ¿A quien engañaba? ¡Se veía perfecto!

Hermoso y elegante.

Digno de ser el segundo hijo 'mimado' del clan Yunmeng Jiang y la actual madame Nie.

Al menos eso era lo único que podía cambiar de ese evento.

En sus otras vidas su gusto era curioso... (Por no decir horrible).

No es que alguien se ofreciera a ayudarlo en esta vida pero al menos con el dinero que tenía pudo contratar en secreto a un asesor para mejorar su imagen y ponerse al corriente en la moda. No iba a cometer el mismo error de intentar copiar el estilo 'humilde' del contrario.

Sabía que si intentaba opacar al protagonista en su misma condición, de alguna manera se vería ridículo. Algo así como si ambos utilizaran una túnica sencilla del mismo color, Jin GuangYao se vería como un hada y él como un pordiosero y prefería no tener que pasar por eso... Otra vez.

—Ugh, maldito pasado —se quejó sacudiendo la cabeza.

En fin, se vió un vez más en el espejo y salió de su habitación.

—¡Cuñadaa! Te vez divinooo— fue interceptado en los pasillos del camino por Nie HuaiSang quién elogió su atuendo.

—Gracias, era de mi madre —dió una vuelta sobre sí mismo para lucirlo— siempre quise usarlo en una ocasión especial. Ya sabes es... Cómo si mamá me acompañara —añadió con un toque de nostalgia mientras acariciaba la tela.

—Oh, ya veo, entiendo—asintió en comprensión— Bueno, ¡Vamos! ¡La estrella de este día no puede llegar tarde!

HuaiSang enganchó sus brazos y se dejó arrastrar al gran salón en dónde se llevaría a cabo la celebración.

«Jin GuangYao, prepárate»




[...]




Un ala entera se dedicó a la celebración y nada más llegar tuvo que tomar el papel de anfitrión de inmediato, recibió a los invitados y, tras recibir elogios tras elogios, a medida que pasaba el tiempo el ambiente fue volviéndose más bullicioso y animado.

En un abrir y cerrar de ojos todos sus invitados se encontraban ahí, sí, inclusive el clan Lan aunque claro, la comitiva integrada por solo tres ancianos indicaba que tenían otros asuntos más importantes que asistir (la muerte del líder por ejemplo. Lo confirmó cuando recibió a su hermano y pudo ver el semblante de Lan WangJi ligeramente descolocado). Dejando eso de lado, la celebración ya estaba en pleno apogeo cuando el clan Jin se anunció atrayendo la atención de todos de inmediato.

¡Seré un villano! -Xicheng-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora