La mañana llegó y en ese nuevo día, después de un saludable desayuno —sin nadie que se le acercase al Lan para felicidad de este—, ambos salieron al mercado.
Pasaron por las ventas de recuerdos dónde compraron cualquiera tontería que les llamara la atención, luego fueron al área de joyería, ahí Jiang Cheng vió un brazalete incrustado de diamantes, era el brazalete más ostentoso y feo que había visto y lo estaba juzgando en silencio.
¿Qué idiota compraría una aberración como esa? De seguro solo un ciego, no, ni siquiera un ciego podría con semejante porquería.
Sin embargo Lan XiChen se había dado cuenta que lo veía fijamente y malinterpretando su mirada, se lo quiso comprar.
Quería lucirse con el menor (rompiendo otra regla), pero Jiang Cheng se negó a aceptarlo pese a su insistencia.
—Por favor.
—No, ya te dije que no.
«Está horrible, no tengo tan mal gusto... ¿¡O sí?!»
—Por favor, insisto. Tómalo como-
Hubieran seguido en ese tira y afloja de no ser porque Jiang Cheng apartó la mirada del Lan, solo para acto seguido ver a lo lejos unas túnicas Nie.
¿Qué?
—¡Oh, mierda, son discípulos Nie!
Devolvió el brazalete al vendedor y tiró con urgencia de Lan XiChen entrando a la primera tiendo que encontró.
—¿Qué tiene de malo que te vean? —preguntó confundido por su actuar.
—¡Porque supuestamente estoy de visita a mí hermano! —gritó entre susurros— ¿Cómo explicaría el estar aquí contigo? ¡Usa tu cerebro!
—Ah.
—Solo —respiró para calmarse— pasemos desapercibidos.
—Yo... —vaciló— no creo ser muy bueno en eso... —pronunció luciendo indeciso por fuera aunque por dentro se sentía en las nubes. ¡Ah! ¿Quién hubiera sabido que ese pequeño discípulo tendría tanta fuerza como para poder moverlo?
Ojalá volviera a arrastrarlo así como hizo antes.
—¡Ay! —Chasqueo la lengua— ¡Solo evita que nos vean! —ajeno al contrario, Jiang Cheng dió un vistazo rápido al lugar. Un comedor, bien. Al menos algo bueno —Veamoss —tomó uno de los menús que estaba en la entrada y lo escaneó rápidamente— Ve al mostrador y pide un especial del día, un plato de fideos mediano con cebolla extra—recalcó, sin despegar la vista del menú—un refresco grande, yyy... —buscó los postres—un helado y dos bollos dulces.
—Alto —volteó a verlo extrañado—¿No nos estábamos escondiendo?
—Eso no me quitará el hambre —mencionó como lo más obvio, una cosa no tenía que ver con la otra, duh.— ¿Tu que vas a pedir? —escaneó el menú de nuevo— hay ensalada—señaló—por si te interesa...
Terminando de ordenar su comida a Lan XiChen, vió de nuevo a los discípulos, esta ves, cerca de la entrada del restaurante por lo que empujó el menú que sostenía entre sus manos al pecho contrario y le ordenó que fuera ya.
—¡Pide mi comida y te veo en la terraza! —sin esperar respuesta subió como alma que lleva el diablo a la terraza y buscó una mesa oculta del ojo público en la cuál fue a sentarse.
—¡Uff! Eso estuvo cerca... —se desparramó sobre la silla al llegar. ¡Menos mal no lo habían visto!—Bueno, ahora a esperar —tamborileó los dedos sobre la mesa en lo que esperaba.
ESTÁS LEYENDO
¡Seré un villano! -Xicheng-
RandomEn su primera vida fue una marioneta, lo usaron y cuando ya no fue útil, lo desecharon y abandonaron para ser condenado a la horca. A punto de morir pidió una segunda oportunidad, la cuál se le fue dada: Regresó en el tiempo. Pero aunque trató de ha...