Capitulo XXVIII

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Estados unidos (Washington DC)

Narrador omnisciente

El vuelo nocturno ha sido turbulento, pero Atenea, Ares y el Irlandés finalmente ha aterrizado en suelo estadounidense. La luna brilla alta en el cielo, y la oscuridad de la madrugada los envuelve mientras se dirigen hacia una propiedad a las afueras de la ciudad. Allí estaran a salvo de los soldados de la UEDFAM, quienes los han perseguido implacablemente.

Atenea, con su mirada penetrante y su mente siempre alerta, lidera el grupo. El irlandés, con músculos tensos y armado hasta los dientes, la sigue de cerca. Ares, un hombre de pocas palabras pero muchas habilidades, mantiene la guardia.

Mientras ellos avanzan hacia la casa que los resguardara, en otro rincón de la ciudad, el Capitán Miller observa a Hera dormir. La han dado de alta después de pasar todos los exámenes y pruebas indicadas por el doctor, él al verla tan vulnerable la ha llevado a su hogar para atenderla como es debido. Su rostro tranquilo en el sueño le recuerda la fragilidad de la vida en medio de la guerra.

En la suite del céntrico hotel más importante de Washington, el Coronel Marshall se encuentra solo. La música suena suavemente de fondo mientras él golpea el saco de boxeo en su gimnasio privado. Pero su mente no esta en el ejercicio. Piensa en Atenea, la mujer que no ha salido de su cabeza desde que escapó. ¿Qué secretos oculta? ¿Qué papel desempeña en todo esto?

La casa a las afueras de la ciudad esta rodeada de altos árboles y un muro de piedra. Atenea, Ares y Jerom se adentraron en la propiedad, sus pasos son silenciosos sobre la hierba húmeda. La luna se filtra entre las ramas, iluminando sus rostros tensos.

Dentro de la casa, las luces estan apagadas. La mujer enciende una linterna y guia al grupo por un pasillo oscuro. A medida que avanzan, los pasos resuenan en las paredes de madera. Saben que no puede bajar la guardia; la UEDFAM no se detendra hasta atraparlos.

En el otro rincón de la ciudad, el Capitán Miller sigue observando a Hera dormir. Su rostro pálido y los vendajes en su brazo le recuerdan la brutalidad del campo de batalla. Pero también recuerdan su valentía y su determinación. Miller ha visto muchas guerras, pero algo en Hera lo ha conmovido. ¿Era su coraje o su vulnerabilidad?

Por otro lado el Coronel Marshall, segue golpeando el saco de boxeo. La música retumba en la habitación, ahogando sus pensamientos. Atenea, la mujer que ha tenido la osadía de escapar de la UEDFAM, está ocupando su mente.

Mientras en el cuartel general de la UEDFAM, la tensión es palpable. Soldados, capitanes, tenientes, coroneles y generales se preparan mentalmente para lo que esta por venir. El escape de Atenea, la mujer más peligrosa que ha pisado sus filas, ha desatado una crisis.

El sol aún no ha salido, pero el amanecer comienza a teñir el cielo de tonos rosados y dorados. En la sala de reuniones, los líderes se congregan. Las voces son apagadas, los rostros estan tensos. Mientras buscan una solución, una estrategia para atrapar a Atenea antes de que cause más daño.

Las horas pasan, y el alba se hace visible a simple vista. Los soldados se alzan de sus literas, ajustando sus uniformes y revisando sus armas. Saben que no pueden fallar. Atenea es escurridiza, astuta, y su fuga ha sido audaz. La seguridad de la UEDFAM esta en juego.

En su habitación, la mujer más audaz que a pisado la tierra se mira fijamente a través del espejo. Su cabello negro cae en cascada sobre sus hombros, y sus ojos brillaban con determinación. Se termina de peinar y pintar su rostro. El rojo intenso de sus labios contrasta con el blanco impoluto de su traje. Se da un último vistazo y sonrie satisfecha por su buen trabajo.

Apenas sale de la habitación, se encuentra con Ares y Jerom en el pasillo. Ambos hombres se quedan de boca abierta al verla.

—Diosa, estás… hermosa—murmura jerom sorprendido. Por su lado Ares asiente, sin palabras.

La Diosa Del Enigma ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora