Washington DC
Narrador omnisciente
Los soldados, tenientes y coroneles salieron de la aeronave, llevando en una camilla a la capitana Hera Volkova, quien se encuentra inconsciente y cubierta de sangre. La han rescatado de una misión suicida en la que había sido capturada y torturada por una organización terrorista conocida como la bratva. Su estado es crítico, y necesita atención médica urgente.
Los médicos de la UEDFAM los reciben en la entrada del hospital y se llevan a Hera al quirófano. El coronel Damián Miller, los acompaña hasta la puerta sin soltar la mano de Hera. Esta preocupado y alterado por toda la situación. Esta enamorado de Hera, y perderla sería muy doloroso. Se siente culpable por haberla dejado ir a esa misión, y por no haber evitado que la capturaran. Se sientea impotente por no hacer nada por ella.
—Te quiero, Hera. Te quiero mucho. —le susurra al oído, antes de que se la lleven.
El general Romanov, el encargado de la central de Alemania, se acerca a Damián y le da un apretón en el hombro.
—Tranquilo, Damián. Hera es una luchadora. Va a salir de esta —dice con voz grave y autoritaria.
-— Gracias, general. Espero que tenga razon.
—La tengo, Damián. Hera es como una hija para mí. La conozco desde que nació, es la hija de mi mejor amiga, esa que murió en un atentado por parte de la mafia rusa. Desde entonces, he velado por su bienestar y entrenado. Sé que es fuerte, valiente y leal.
— Lo sé, general. Hera es increíble. Es la mejor soldado que he cocido.
Ambos se dirigen a la sala de espera, donde se encuentran con el resto de los soldados involucrados en este rescate. La teniente Olivera se encuentra llorando sentada en una silla, siendo consolada por Méndez.
Al otro lado de la sala se encuentra Atenea Petrova, la mujer que han sacado de la cárcel de máxima seguridad de la UEDFAM para que rescatara a Hera, esta parada de brazos cruzados en una esquina, sin ninguna expresión en su rostro. Ella era la única que se mantiene tranquila.
Todos estan preocupados, cada persona en su mundo intentando mantener el control del desastre que se desató.
Las horas pasan y no se tiene respuesta del estado de salud de Hera, la tensión se siente en el ambiente y la ansiedad juega de las suyas. Ya han pasado tres horas desde que metieron a Volkova al quirófano y ningún médico se a dignado a dar respuestas.
Por la mente de Atenea solo pasa el momento cuando el general Bull le ofreció la oportunidad de salir de la cárcel y participar en el rescate de Hera, ella aceptó sin dudarlo. No porque quisiera salvar a Hera, sino porque quiere enfrentarse a todos aquellos que le jugaron sucio en el pasado. Demostrarles a las personas que le dieron la espalda que ella puede con todo sin importar que todos estén en su contra.
Atenea quiere venganza.
Quiere muerte.
Quiere caos
La puerta de la sala de espera es abierta y por ella entrar el general Alexander Miller, el padre de Damián y Atenea, el hombre que la había reclutado y entrenado, el hombre que la había querido. Pero también es el hombre que la ha traicionado dándole la espalda cuando ella lo necesitaba.
Alexander apenas piso la sala de espera, tomo rumbo a la dirección de su hijo Damián, este último apenas lo vio se levantó a recibirlo.
—¿Cómo está Hera? —pregunta apenas se acerca a Damián.
—No lo sé. Los médicos no me han dicho nada. Estoy muy preocupado —confesa con los ojos cristalinos.
—Lo sé. Pero tienes que ser fuerte. Hera es una mujer fuerte y estoy seguro de que va a salir de esta.
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La Diosa Del Enigma ©
RandomAtenea no la diosa o bueno no esta muy lejos de serlo y no lo digo por el físico o el coraje. Lo menciono por la inteligencia y astucia que posee. Todos a su alrededor le temen y eso se le debe al aura oscura que desprende con su presencia. Muchos s...