Capitulo XIV

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Rusia (Moscú)

Atenea Petrova

Ha sido una misión sencilla, logramos infiltrarnos en la mansión de Vladimir Kozlov, el hombre que a causado tanto sufrimiento a la UEDFAM y a mi familia. Siendo la líder de esta misión, tengo la responsabilidad de llevar a todos sanos y salvos. De esa manera me entrenaron hace algunos años, me enseñaron a ser una líder nata, una soldado de la muerte, una coronel y sobre todo a ser una maldita diosa. Pero las cosas nunca salen como la planeamos, siempre hay un fallo y está no en la excepción.

En el camino, nos encontramos con varios obstáculos y sorpresas. Entre ellas, la muerte de varios de los nuestros. Los hombres que cuidaban está fortaleza nos dieron batalla pero aún así logramos nuestro objetivo.

Al llegar a la entrada de la mansión nos encontramos con el resto de las personas que nos acompañan. La mirada de Damián cae en la capitana inconsciente que reposa en los brazos de Rodríguez, apenas ve su estado se acerca a nosotros apartando a todas las personas que estorban en su camino. Con desesperación arrebata a Volkova de los brazos de su amigo.

— ¡Tenemos que salir de aquí, necesita atención médica!

Los soldados comienzan a moverse por el lugar en busca de un vehículo que nos saque de este lugar. La actitud de Damián y sobre todo el estado de salud de su capitana altera e inquieta a los soldados que buscan una solución rapida.

Camino hacia la posición de Romanov que no deja de ver a la pequeña mujer inconsciente en los brazos de mi pequeño hermanito.

— Llama a los refuerzos — no dice nada, su mirada está perdida y cristalina— ¡Romanov! — lo llamo y no reacciona. Así que no me queda de otra que golpearlo, acción que funciona cuando gira su rostro hacia mi— Llama a los malditos refuerzos, tenemos 15 minutos para salir de aquí.

De su Ranger saca un teléfono satelital y marca el número del escuadrón que seleccionados en un punto cerca de este lugar para que vengan por nosotros a la hora de evacuar de este país.

La mirada del coronel Marshall, cae en mi a medida que me acerco nuevamente a la puerta de la mansión donde reposa el cuerpo de un ruso muerto.

— ¡Tenemos que salir de aquí Romanov, el pulso de Hera está débil joder!— grita Damián entrando en desesperación.

Para nadie es un secreto que el temido coronel de la central de Washington, Damián Miller, está enamorado de la pequeña mujer que ahora esta inconsciente y herida en sus brazos. La han torturado, golpeado y aún no sabemos si la han ultrajado, esto último viniendo de la bratva es lo más probable que haya sucedido, para ellos abusar de mujeres inocentes es lo más placentero que conocen, tener el poder y ver romperse a las mujeres debajo de ellos los hace incrementa su hombría y ego. Cosa que me parece muy estúpida

Ninguna mujer tiene que pasar por algo asi.

Los cadáveres de los guardias de Kozlov reposan por todo el lugar, como evidencia de que con la UEDFAM no se puede jugar y creer que se ganará.

Con mi vista fija en el hombre que reposa muerto en el suelo, siento la presencia de alguien a mi lado.

— ¿Te encuentras bien preciosa?— su pregunta causa incomodidad en mi— Déjame ver esa herida.

Giro mi rostro y lo enfoco en el, su vista está fija en mi brazo izquierdo, que por culpa de un descuido tengo una bala en mi piel. Con suavidad sujeta mi Brazo y lo acerca a él para evaluar la herida.

Mis ojos no abandonan su rostro ni por un segundo, a lo largo de mi vida nunca le he permitido a nadie tocarme o curarme una herida. Siempre lo hacia mi madre, ella era la única persona a la que le permitía hacer tal cosa.

La Diosa Del Enigma ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora