Capítulo 18.

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" Ilusiones destrozadas."

Irina Sadik.

La mañana siguiente Josh me había invitado a desayunar a un restaurante al centro de la ciudad, después de ello tenía planeado ir al trabajo, debía hablar con Marce del porque me ausente tanto tiempo.

— ¿Y qué le dirás a Marce? — Preguntó Josh.

— Hasta donde tengo entendido, Damián dió a entender que tuve problemas familiares y había vuelto a Bulgaria. — Hice una pausa. — Quisiera ser honesta, pero sería absurdo decirle que me dispararon y su novio me tuvo secuestrada un mes en su casa.

— ¿Y por qué no decir la verdad?

— Lo último que deseo es más conflictos y aunque no me guste, Damián me ayudó mucho. — Bebí mi café.

— Hablando de Damián, ¿qué ocurrió anoche?

— ¿De qué hablas?

— No finjas demencia pelirroja.

Tomé un respiro y dejé la taza en la mesa.

— Discutimos, dijimos cosas que no queríamos y ya, pero tú explícame ¿cómo fue qué te secuestro? — Desvíe completamente el tema.

— Sobre eso. — Observo alrededor que nadie escuchará. — ¿Recuerdas lo que te platiqué de los Langford?

Asentí.

— Estaba en el antro con Mark, Damián llego y prácticamente me obligó a subir con él, estaba molesto preguntando por ti y de la nada hombres en moto comenzaron a disparar. — Hizo una pausa tocándose la cabeza. — Parecía una película de acción, después llegamos aún callejón me dijo que me escondiera y me dió una granada. — Josh comenzó hacer gestos con las manos. — Jamás había visto una, llegaron muchos hombres y él comenzó a disparar. — Soltó una risita. — Entiendo porque te gusta.

— ¡Josh! — Me puse roja.

— ¿Qué? Se veía tan sexy y rudo. — Repitió los gestos con sus manos. — Me dijo que lanzará la granada, pero tal cual idiota, se me cayo y él como todo un héroe me salvó, todo explotó, yo caí sobre él, pero calma no te pongas celosa, no pasó más. — Bufó. — Uno de los metales que volaron se enterró en mi pierna y Susan que es un ángel me salvó de una infección.

Reí al escuchar su loca historia.

— Que gran noche.

— ¡NO! Casi muero, te dije que esa familia estaba metida en cosas ilícitas.

— Lo sé. — Suspiré.

— Pero parece que le importas Irina, es la clase hombre que estaría dispuesto a recibir una bala por ti o mover mar y cielo por encontrarte.

No pude evitar sonreír al escuchar sus palabras.

— Necesito hablar con él...

Antes de que pudiera seguir hablando una tercera persona nos interrumpió.

— Irina, me da gusto volver a verte.

— Daniel, ¿qué haces aquí? — Pregunto Josh.

— Tenía un desayuno con Marcella, pero tal parece que se ha cancelado.

— Puedes sentarte con nosotros, ¿verdad Irina? — Dijo Josh mirándome.

— Claro.

— No quiero importunar, igual lo agradezco debo irme, pero Irina antes deseo hablar contigo.

Peligrosa atracción.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora