Capítulo 3.

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"Sentencia."

Ya habían pasado prácticamente 2 semanas, sobre el trabajo es claro que obtuve el puesto. Al igual mi relación con Josh fluyó más rápido de lo que creí, es un chico increíble, todo el tiempo me hace reír, de no ser por él seria un completo desastre mi cocina, pues por el momento es él quien me enseña.

Eran las 7:00am, tomé una ducha el problema con el agua fría seguía sin resolverse, pero bueno.

Al salir me vestí, usaría un vestido blanco de tirantes y unos preciosos tacones negros, amaba esos tacones. Tomé mi bolso y abrigo para después salir, al dirigirme a las escaleras mire a Josh quien igual iba de salida.

— Pero oye, ¿tratas de conquistar a alguien. — Reía para después bajar las escaleras a la par mío.

Sonreí negando y salimos del edificio.

— ¿De qué hablas? Esto es casual ¿no?

Charlamos un par de minutos, para después despedirnos, esperaba mi taxi mientras miraba la hora en mi reloj.

No llevaba prisa alguna y bueno, sobre mis gastos ya había arreglado eso.

Al llegar este mismo subí, no hacía falta indicarle el sitio, pues ya conocía el trayecto.

En el camino di una repasada a las notas, hoy tendríamos una reunión ya que Priscila saldría de viaje y ocupaba tener todo en orden.

Una vez que estacionó baje del auto y camine a la entrada, me dirigí al ascensor y observé nuevamente mi reloj.

Era temprano aún, así que estaba tranquila.

Al parar en mi piso salí de este y me acerque a Jess.

Jess era la asistente de Priscila.

— ¿Ya está aquí? — Pregunté.

Ella negó de inmediato, estaba muy apresurada así que no quise interrumpir y me dirigí al estudio.

Entre sin previo aviso, supuse que tendría que esperarla.

Al cerrar la puerta tras de mí, puede observar una enorme silueta masculina junto al ventanal de espaldas hacía mí.

—Disculpa, creí que no estaría nadie. — Dije apenada.

— Llegas tarde.

¿Tarde?

Observé mi reloj faltaban 5 minutos aún y Priscila ni siquiera ha llegado.

— ¿Disculpa? yo estoy esperando a...

— Priscila, lo sé. Su vuelo salió a las 7:00am, por ende tu debías estar aquí a las 8:00 — Me interrumpió para después girarse hacia mí, sostenía un vaso de cristal.

¿Pero de qué habla?

— Imposible, ella me cito a las 8:30am.

— ¿Conoces el Gmail...? — Comenzó a hojear una carpeta justo en el escritorio que estaba delante suyo. — Irina Sadik... — Dejo escapar una pequeña risa.

¿Qué le ocurré?

— ¿Te parece gracioso? — Lo miré indignada para después sacar el móvil y checar.

¡La puta! El correo me había llegado desde las 6:00.

Él colocó el vaso en el escritorio y se sentó en la silla a su costado sin dejar mirar la carpeta.

— Joven e inexperta, tal cual pollito salido del cascaron, boba, pero valiente con un hambre por devorar el mundo y someterlo a sus pies, aunque ingenua e irresponsable pero con un estilo único. — Leía él en voz alta.

Peligrosa atracción.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora