" Inesperados reencuentros".
Mi reunión con la familia Zanetti estaba programada para el medio día, los Zanetti son una de las familias más poderosas en Italia dedibo a su inmensa cadena de hoteles por el mundo, aunque como muchos involucrada en exportación de armas y vehículos.
— Señora Sadik, es un placer. — El chico que me recibió se acercó. — Mi nombre es Emiliano Zanetti.
— ¿No eres muy joven para esto? — Esperaba que mi cita fuera alguien más capaz.
El chico soltó una risa para después ofrecerme asiento.
— Lo soy, pero no desmerita mi capacidad para los negocios.
— Conozco a tu madre, una mujer encantadora, quizá olvidó mencionarte.
— Y por el aprecio que le tiene, fue que me envió a mí para cerrar el trato. — Emiliano se acercó con un folder colocándolo sobre la mesa delante mío.
— ¿Tienes los planos? — Lo miraba por momentos mientras leía de pies a fondo el contrato.
No sólo quería ser socia de los Zanetti, necesito de ellos para el proyecto que tenía en mente, Italia fue una parte importante de mi hermana y mía en nuestra juventud y tenía planeada la construcción de un gran hotel, no sólo en este país están los mejores desfiles, sitios turísticos, carreras y demás, era el sitio perfecto porque había cierto cariño por el lugar.
— Sus planos estarán listos para mañana a primera hora, tratamos de entregarle un trabajo perfecto, mi madre mencionó que era algo importante y por ende ofrecemos la mejor dedicación.
— Perfecto, me llevaré esto y trataremos el resto cuando me tengas todo. — Sonreí y me coloqué de pie. — Un último favor.
— Dígame.
— Necesito un guía turístico, mi sobrina ha venido a pasar vacaciones conmigo, pero debido a la apretada agenda que manejo, necesito que alguien la guíe por la cuidad.
— Entiendo y no se preocupe, tendrá la mejor atención. — Emiliano me guío hasta la salida.
— Te enviaré un correo con los datos, nos vemos.
Sin más que decir salí del lugar dirigiéndome al auto donde Alfredo me estaba con la puerta abierta.
— ¿Todo en orden, señora? — Pregunto.
— Sí, vamos a casa.
Una vez que llegamos a casa, baje y entre a la mansión, dónde una de las chicas ya me esperaba con un par de bolsas.
— Señora Sadik, su pedido está aquí.
— ¿Dónde está?
— En el jardín, con el chico. — Respondió.
— Lleva esto a su habitación. — Ordene y me dirigí al jardín.
Al salir observé a Irina en el borde de la piscina riendo con aquel chico quien le tiraba agua desde dentro, no pude evitar sonreír, la última vez que la ví reír fue justo ahí, ella solía venir con Adrien a pasar sus vacaciones conmigo, emocionada por su boda.
Sólo deseaba lo mejor para ella, era lo único que me quedaba y no estaba dispuesta a perderla, ha sufrido tanto que no me atrevía a decirle lo ocurrido.
— Cariño. — Me acerqué hasta donde estaban. — Ven un momento.
Irina se puso de pie y camino hasta mí.
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Peligrosa atracción.
Romance¿Alguna vez se habían sentido corrompidas por el diablo? Bueno, pues así es como se sentía estar cerca de ellos.